EDIZIONES, 02 oct.
Tim Newton es un fotógrafo que vive cerca de un área natural en Alaska, por lo que no es ajeno a la vida salvaje y a los distintos animales que viven en las inmediaciones. Lo que Tim no se imaginó jamás es que una familia de intrépidos linces iba a elegir su porche como patio de juegos.
Aquel día, Tim se despertó al escuchar ruidos de animales que merodeaban alrededor de su casa. Lo normal es que fuera algún perro, gato o incluso algún mapache por lo que no le dio demasiada importancia. Al continuar el ruido se puso la bata y lentamente se asomó a la ventana para saciar la curiosidad. Su sorpresa fue mayúscula cuando vio a un pequeño lince sentado en el porche y viendo cómo sus hermanos se retaban en una carrera.
"Nunca había visto tantos linces juntos, ver esos linces en mi porche fue una bendición", contó Tim a The Dodo.
El primer impulso de este fotógrafo fue coger su cámara para inmortalizar el momento. La escena era tan increíble como surrealista: los pequeños linces correteaban en su porche, jugaban, rodaban y se perseguían ajenos al entorno y al objetivo de Tim. Este espectáculo es bastante difícil de ver; los linces son bastante reservados y, aún así, la suerte de Tim no le iba a abandonar. No todavía.
En mitad de los juegos se escuchó un maullido. Era mamá lince que llamaba a sus pequeños para reunirlos. Con su llegada, empezaron de nuevo los juegos, 40 minutos de diversión en los que el fotógrafo supo aprovechar la oportunidad que le regaló la vida para retratar con su cámara cómo una familia de linces se entretenía.
A continuación os enseñamos las fotos de este divertido momento:
