EDIZIONES, 26 Sep.
Sales con prisa de casa poniéndote en el ascensor los zapatos porque llegas tarde al trabajo. Con las llaves en la boca llegas al aparcamiento, te metes en el coche y cuando estás a punto de salir.... ¡Zas!, te das cuenta de que te has dejado la comida en casa. En esa situación, en lo primero que piensas es en que alguien que aún esté en casa te la baje, porque el tiempo que supone el volver a subir a por ella, que en realidad es muy poco, a esas alturas a ti te parece un año.
Esto le ocurrió a un hombre que se dirigía a su trabajo. Tuvo la suerte de que su mujer estaba en casa y no necesitó subir a por la comida que se le había olvidado. Pero ella tampoco quería bajar, así que idearon una forma rápida y eficaz de darle la comida: tirarla por la ventana al interior del coche y que esta entrara por la ventana solar del techo del vehículo. Rapidez, eficacia y precisión, todo en uno:
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¡Eso si que es una entrega rápida! Eso sí, han de coincidir varias cosas para que esto pase: que estuviera su mujer en casa (ya que si no tendría que haber subido él); que la comida al caer no se desparramara y tener un coche con ventana solar en el techo.
