Actualizado 18/01/2018 17:40

Si estás a dieta y/o en un plan de entrenamiento, este hilo de Twitter es para ti #FitnessFails

Fitness fails
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EDIZIONES, 18 ene.

Año nuevo, vida nueva, propósitos nuevos. Cada año es lo mismo y hay un propósito que nunca falta: ponerse en forma y/o empezar una dieta. Cuantísimas veces lo habremos intentado y esta, que es la decimoquinta nos preguntamos: ¿Será la definitiva? Mientras tratamos de dar respuesta a esa pregunta, siempre está bien disfrutar del camino y si es con humor, mejor que mejor.

Jimmy Fallon, conocido presentador de éxito de Estados Unidos, pidió recientemente a sus seguidores que compartieran sus anécdotas e historias más divertidas y embarazosas sobre este tema utilizando el hashtag #FitnessFails.

Fallon decidió animar dando ejemplo y contó, de primera mano, una experiencia personal: "Mi padre compró una cinta de correr para ponerse en forma", dijo. "Llegamos a casa y allí estaba una cerveza en su posa-vasos".

Enseguida la gente se animó y esto fue lo que contaron. Coge palomitas y adentrarte en el divertido camino hacia el cuerpo 10 con el que, a lo mejor, te sientes identificado.

Un amigo me dijo que se apuntó a un un gimnasio para poder llevar a su hijo a la guardería mientras él se dedicaba a darse baños en la bañera de hidromasaje. #FitnessFail

Decidí hacer largos en una piscina. El primer día, en la primera vuelta, el anciano que iba delante de mí perdió su bañador y se enredó alrededor de mi cabeza. No he ido detrás desde entonces. #FitnessFail

Mi madre y yo comenzamos a seguir un programa de ejercicios especial cada viernes por la noche. Después de eso, hacemos un pedido de patatas fritas y batidos como recompensa. #FitnessFail

Mi hermana y yo nos vinimos arriba con una clase de yoga intenso. De repente la gente empezó a llenar la habitación con almohadas y mantas. Resulta que el Yoga Nidra es una técnica de meditación y relajación profunda. No nos movimos y permanecimos en el suelo todo el tiempo.

Una vez mi entrenador me dijo que mis lagartijas parecían “como cuando un caballo acaba de nacer e intenta ponerse de pie por primera vez, pero peor”.

Una vez fui al gimnasio. Esto es todo. Solo fue una vez.

Me puse a trabajar con una cinta de resistencia colocándola debajo de mis pies y tirando con los bíceps hacia arriba. Cuando miré hacia abajo para mover los pies, la cinta me golpeó la cara. Me hice una marca en la frente que me duró el resto del día. Cuatro años después de aquello no estoy segura de si mis lágrimas fueron de dolor o de reírme muy fuerte.

Una vez me pillé clases de entrenador personal a distancia. Todo lo que tienes que hacer para conseguir tu aprobado es mandar un correo electrónico al profesor diciendo que haces ejercicio cada semana. Sólo mentí una vez, y justo después mi coche se rompió y tuve que ir caminando a todas partes durante una semana entera.

Me apunté al gimnasio situado entre un Hardee's y un Taco Bell hace ya algunos años. Aquel año engordé 9 kilos y tuve mi primer cálculo renal.

Un día decidí que iba a correr una milla en una mañana. No pude hacerlo y me paré cuando llevaba media milla. Una adorable jovencita se me acercó y me sugirió que corriéramos juntos. Hice una milla y media. Falté dos días al trabajo.

Estaba corriendo en la cinta cuando vi a un chico llegar al gimnasio todo listo para darle duro. Se sentó en el banco con sus auriculares, delante del espejo, se puso una pesa delante de él, se tomó una foto y salió del gimnasio.

Me puse a calentar trotando en el mismo sitio mientras esperaba el ascensor para ir al gimnasio y me rompí el tobillo delante de 10 extraños.

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