DESCONECTA, 04 jun.
"Si algo puede salir mal, saldrá mal". Ya lo enunció Edward Murphy. Aunque las leyes de Murphy sean una forma cómica de explicar los infortunios de todo tipo de ámbitos de la vida, lo cierto es que cuando una cosa sale mal, las demás se animan.
Dicen que los pequeños detalles son los que marcan la diferencia en la vida, por eso, en un día cualquiera cuando todos los pequeños detalles empiezan a fallar, es cuando, lo que parecía ser un día normal, se convierte en tu peor pesadilla. ¿Os ha pasado alguna vez?
En esos días es como si los planetas se alineasen aposta y todo empezara a fallar de forma inexplicable. Cuando el universo decide confabularse en tu contra, no hay nada que hacer más que resignación, paciencia y ponerle humor a la situación.
El peor día del mundo:
Un día cualquiera te levantas y descubres que el despertador, además de no haber sonado, parece estar poseído.
Es tarde y toca ducha fría para despejarse. (Es lo que toca).
Con las prisas te manchas la camisa de café pero no hay tiempo. Tienes que llegar al trabajo.
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Decides ir en coche y te puedes encontrar con esto.
O con esto otro. Pero no importa, tienes que llegar rápido al trabajo.
Te empiezas a acordar de Murphy cuando te encuentras con este panorama.
Además, parece que se está riendo de ti cuando ves qué o quién está formando el atasco.
Es imposible ir en coche, así que decides coger el transporte público, pero, ¡sorpresa! Sólo tienes lo suficiente para el billete de ida.
Al llegar al andén ya no te sorprende ver que tienes que esperar 15 minutos por una avería en el servicio.
Llegas a la oficina y la terminas liando.
Las consecuencias son terribles.
Tu día de trabajo se convierte en algo peliagudo.
Es hora de comer, pero vas con tanto atraso que sólo te da tiempo a tomarte el postre.
Cuando vas a enviar los informes, el router deja de funcionar por arte de magia.
Tu ordenador vaticina la catástrofe con este gesto.
Y desencadena una buena.
En este punto del día piensas: "Necesito tomarme un zumo de manzana bien frio cuando llegue a casa".
Se acabó. Es hora de volver andando a casa (recuerda que no tenías dinero suficiente y el coche lo dejaste tirado en una cuneta).
¿Querías un zumo frío? Aquí lo tienes.
Fin.