España tendrá el 1,76% del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras

MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

España suscribirá 1.761,5 millones de dólares en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras y tendrá así el 1,76% de la institución impulsada por el Gobierno chino, que contará con un capital total autorizado de 100.000 millones de dólares (91.952,34 millones de euros).

El nuevo banco nace con el objetivo de promover el desarrollo sostenible de Asia, concentrándose en la financiación de infraestructuras de energía, transporte y telecomunicaciones, así como en la financiación de proyectos para el desarrollo urbano y rural y la conservación del medio ambiente en la región.

La institución proporcionará apoyo financiero a proyectos en los países asiáticos mediante la concesión de préstamos, la inversión en capital o la concesión de garantías o avales. Funcionará en estrecha colaboración con otros bancos de desarrollo multilaterales existentes, como el Banco Asiático de Desarrollo o el Banco Mundial.

Según ha indicado el director general de Análisis Macroeconómico y Economía Internacional del Ministerio de Economía y Competitividad, Jorge Dajani, España quiere participar en este proyecto porque Asia es una "prioridad absoluta" en materia económica y porque ayudará a las empresas españolas a crecer, teniendo en cuenta además lo potente que es España en infraestructuras.

Además, Dajani ha resaltado la importancia de que España sea miembro fundador de un proyecto así, después de haber llegado tarde a la fundación de otras instituciones y quedarse con una participación más baja de la que le correspondía.

El Consejo de Ministros aprobó el viernes 26 de junio la entrada de España en el banco tras autorizar la firma de un convenio constitutivo para participar en esta institución, lo que permitirá su incorporación como miembro fundador no regional junto a otros 19 países. Además, habrá otros 37 países fundadores que pertenecen a la región asiática.

En cualquier caso, el Parlamento español debe ratificar la entrada de España en el banco, lo que posiblemente no ocurrirá hasta final de 2015 o principios de 2016. Una vez aprobado, España empezará a pagar su parte el capital suscrito, pero sólo tendrá que hacer efectivo el 20% del total --unos 350 millones de dólares-- y el resto será capital exigible. El Gobierno tendrá 5 años para financiar estos 350 millones, por lo que incluirá cinco partidas presupuestarias de 75 millones desde 2016.

Una vez que el banco empiece a funcionar, Dajani espera que España cuente con un alta cuota de adjudicación de licitaciones, que debería superar el 4% que suele conseguir al año en las del Banco Asiático de Desarrollo dada la fuerza española en materia de infraestructuras. Según Dajani, si la capacidad de préstamo del nuevo banco es similar, España podría copar unos 400-500 millones en proyectos cada año.

EMPEZARÁ A FUNCIONAR EL AÑO QUE VIENE

En cualquier caso, el objetivo es que el banco empiece a funcionar el año que viene, aunque no empezará a tomar grandes decisiones hasta que todos los Parlamentos hayan ratificado su participación.

Situará su sede en Pekín y contará con una plantilla de unas 700 personas elegidas por méritos, sin cuotas por países. La plantilla será considerablemente más pequeña que otros bancos de desarrollo porque pretenden reducir la burocracia y aumentar la eficiencia en la gestión. Además, contará con un presidente y un comité de dirección.

Tal y como ha dicho Dajani, lo más probable es que el actual secretario general del departamento encargado del establecimiento del banco, Jin Liqun, sea elegido presidente en funciones de la institución.

UNA ASAMBLEA DE ACCIONISTAS AL AÑO

Una vez constituido, el banco celebrará una asamblea anual de accionistas donde se decidirán las inversiones y licitaciones, aunque también se convocarán consejos de no residentes periódicamente formados por doce sillas, nueve de países asiáticos y tres de países no regionales, entre los que figura España. El reparto de las sillas es uno de los asuntos a tratar en las próximas reuniones.

A esta iniciativa se han sumado ya más de 50 países entre los que figuran muchos de la Unión Europea y otros no europeos como Brasil, Sudáfrica y Egipto. Muchos otros han pedido ya formar parte de la iniciativa, aunque ya no podrán hacerlo como países fundadores. Entre ellos resaltan Estados Unidos y Japón, para los que se podría estudiar una ampliación de capital selectiva del total del banco hasta los 130.000 millones, por ejemplo.