MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -
Reino Unido se consolida como uno de los 4 países con mayores inversiones directas en España, con más del 10% del total. Esta inversión generó alrededor de 241.000 empleos --directos e indirectos-- hasta 2012, lo que supone un 1,4% del total de la ocupación.
Según se desprende del barómetro sobre clima y perspectivas de la inversión británica en España realizado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) con la colaboración de la London School of Economics, muestra que las rentas derivadas de esta inversión contribuyeron con 4.400 millones de euros en impuestos a la Administración General del Estado (2,6% del total) y ha supuesto además un 1,5% de las cotizaciones sociales totales.
Así, el 21% de los flujos de inversión extranjera directa (IED) acumulada en España provienen de compañías británicas, lo que supone una inversión directa de 63.000 millones de euros en los últimos 11 años. La inmensa mayoría de este flujo se materializa en inversión productiva, ya que solo el 5% corresponde a compañías de tenencia de valores.
No obstante, el stock de la IED británica ha caído ligeramente desde los máximos registrados en 2008 a consecuencia de factores de índole secundaria como la depreciación de las inversiones o la evolución de los tipos de cambio.
En este contexto, la IED procedente de Reino Unido se focaliza principalmente en los sectores de telecomunicaciones, tabaco, servicios financieros y comercio mayorista.
Por regiones, Madrid y Cataluña han concentrado la inversión británica durante décadas, con niveles de menor peso en País Vasco, Andalucía y Valencia. Sin embargo, los datos registrados desde el año 2009 apuntan que Madrid ha perdido peso relativo en favor del País Vasco y Cataluña.
FORTALEZAS Y DEBILIDADES PARA ATRAER INVERSIÓN.
Según las opiniones de empresas británicas recogidas en el barómetro, las principales fortalezas de España para atraer la inversión son la calidad y estilo de vida, así como los servicios educativos y sanitarios. En esta línea, también han señalado la penetración y uso de internet en los hogares y las facilidades de acceso al mercado latinoamericano que proporciona España.
En el otro extremo, los británicos consideran un inconveniente la excesiva carga burocrática y la falta de unidad de mercado. Además, han manifestado que el escaso desarrollo de fuentes alternativas de financiación y cierta rigidez en la regulación laboral, suponen debilidades para sus inversiones.
Aún así, más de la mitad de las compañías británicas planea incrementar su inversión en la economía española, de las cuales dos terceras partes lo harán de forma inmediata.
En esta línea, el estudio prevé que la inversión se concentre en aquellos sectores económicos en los que la presencia de estas operaciones es ya muy relevante, como la industria manufacturera, las actividades profesionales, científicas y técnicas, las actividades financieras y de seguros y el comercio mayorista. Asimismo, se producirá sobre todo en Madrid y Cataluña.
