Reclama que se dé una segunda oportunidad a los empresarios cuyo negocio ha quebrado
BRUSELAS, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha recomendado este miércoles a los Estados miembros que modifiquen sus normas nacionales en materia de insolvencia con el fin de facilitar la reestructuración de la deuda de las empresas viables en una fase temprana y evitar así que tengan que ser liquidadas.
En la actualidad, alrededor de 200.000 empresas quiebran cada año en la UE y 1,7 millones de personas pierden su trabajo como resultado, según los datos de Bruselas.
La recomendación del Ejecutivo comunitario llega justo unos días después de que el Gobierno español haya aprobado una reforma de la ley concursal cuyo objetivo es precisamente facilitar los acuerdos de refinanciación con los acreedores y lograr así que las empresas viables se salven de la quiebra.
"No debemos asfixiar la innovación. Si en un primer momento, un empresario honrado no tiene éxito, debería poder intentarlo otra vez. Nuestras reglas de insolvencia deben facilitar que se pueda empezar desde cero", ha dicho la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Justicia, Viviane Reding.
En concreto, Bruselas pide a los Estados miembros que faciliten la reestructuración de empresas con dificultades financieras en una etapa temprana, antes de iniciar un procedimiento formal de insolvencia y sin procedimientos largos y costosos, con el fin de limitar el recurso a la liquidación.
También sugiere que se permita a los deudores reestructurar su compañía sin tener que abrir un procedimiento judicial formal y dar a las empresas con problemas la posibilidad de pedir una moratoria de hasta cuatro meses (renovable hasta un máximo de 12 meses) para adoptar un plan de reestructuración antes de que los acreedores puedan lanzar medidas de ejecución en su contra.
Los Estados miembros deberán facilitar la adopción de un plan de reestructuración que respete los intereses tanto de los acreedores como de los deudores, para aumentar las opciones de que las empresas viables se salven.
Finalmente, la Comisión aconseja reducir los efectos negativos de una quiebra en las futuras posibilidades de los empresarios para comenzar un negocio, en particular mediante la descarga de sus deudas en un plazo máximo de tres años.
