Hélène Rey: "En la eurozona todos han roto las reglas"

Hélène Rey
AGUSTIN IGLESIAS
Actualizado: viernes, 6 mayo 2016 14:34

La influencia de la FED en el ciclo financiero global impide desplegar políticas monetarias completamente independientes

   MADRID, 6 May. (EDIZIONES) -

  Considerada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como una de los 25 economistas jóvenes más brillantes del mundo, la francesa Hélène Rey, profesora de la London Business School (LBS), se ha significado por su análisis de los flujos de capital y de los efectos de las políticas monetarias, reclamando la atención internacional sobre el "exorbitante privilegio" que disfruta EEUU en su papel de banquero mundial.

   En una conversación con Europa Press en el marco de la conferencia pronunciada esta semana en la Fundación BBVA, Rey no duda en señalar la necesidad de mejorar la gobernanza de la zona euro, donde "todos han roto las reglas" y hasta ahora "el Banco Central Europeo (BCE) era el único que estaba haciendo cosas".

   En este sentido, la economista francesa reconoce las "dificultades" del BCE y otros bancos centrales para alcanzar sus metas de inflación, por lo que Mario Draghi "necesita hacer uso de todas las herramientas disponibles", aunque lamenta que "los banqueros centrales se han sentido un poco solos", ya que todo el mundo se apoya en ellos al tratarse de uno de los agentes que puede actuar con más rapidez.

   Sin embargo, Hélène Rey considera que "ahora mismo lo que se necesitan son politicas fiscales, más reformas, no solo reformas estructurales a nivel de las economías nacionales, sino también a nivel de la eurozona".

   "El BCE ha sido el único que estaba haciendo cosas y eso no es muy bueno, no podemos poner toda la carga sobre las espaldas de la política monetaria", añade la experta, que rechaza las críticas acerca de una presunta lentitud de reflejos del BCE a la hora de afrontar la crisis. "Fue uno de los primeros bancos centrales en actuar en los primeros momentos de la crisis, por lo que en esencia no es verdad que fuera lento", apunta.

  "Si hablamos de QE, entonces puedes decir que el BCE debió actuar más rápido, pero la entidad tiene una serie de limitaciones que suponen una cierta demora", señala la economista, quien califica el discurso de Mario Draghi en Londres en el verano de 2012, donde pronuncio su ya legendario 'El BCE hará todo lo que haga falta', como "uno de los más importantes en política monetaria".

LA FED CONDICIONA TODO.

   No obstante, la profesora de la LBS señala que la Reserva Federal de EEUU (FED) sigue siendo el epicentro de la política monetaria mundial, condicionando al resto de bancos centrales, como consecuencia del especial rol que sigue desempeñando el dólar en la economía.

   "Creo que la FED tiene un efecto tan grande sobre el ciclo financiero global que afecta a los mercados, a los flujos de capital, la creación de crédito... no sólo en Occidente, sino también en los mercados emergentes", apunta Rey.

  "Eso es algo a tener en cuenta al pensar en políticas macroeconómicas y particularmente supone que, en cierto modo, no se puede desplegar una política monetaria completamente independiente debido a este ciclo financiero global", añade.

   Así, Rey considera que la influencia en otras jurisdicciones de las decisiones que puede adoptar una institución como el BCE es una realidad, pero su relevancia "no es tan grande" como las de aquellas adoptadas por la FED como consecuencia de la importancia del dólar

   En este sentido, la economista sostiene que si uno quiere "desvincularse" es necesario recurrir a herramientas macroprudenciales, que cada vez están cobrando mayor prominencia, aunque su aplicación por los Gobiernos es difícil, ya que no se cuenta con demasiada experiencia. "Tenemos que medir las cosas, ver qué funciona y qué no funciona. Esto va a requerir tiempo y cometer errores", advierte.

PEQUEÑOS PASOS.

   Por otro lado, la economista francesa expresa su confianza en que Europa cuente con el "liderazgo político" necesario para acometer una serie de cambios que permitan una evolución del diseño del euro al margen de grandes crisis y que mejoren la gobernanza de la eurozona, haciéndola más robusta, tanto desde un punto de vista democrático como fiscal porque "no se puede dejar sola a la política monetaria".

   "Creo que es poco realista pensar que podemos avanzar directamente hacia un ministro europeo de Finanzas y una integración fiscal plena, pero podríamos dar pequeños pasos que serían muy útiles", apunta la experta.

   De este modo, Rey propone plantear acciones concretas que permitan avanzar en asuntos como "la manera de pensar" en el déficit, la deuda, en el 'bailout' sí o no, "que no esta funcionando", así como abordar mejor la crisis de los refugiados, la seguridad europea, la política energética o el calentamiento global...

   "Cosas concretas que pueden afrontarse de manera conjunta. En la crisis de los refugiados hay una cooperación cero y es bastante patético", sentencia.

EVITAR MÁS GRECIAS.

   A más largo plazo, Rey insiste en la necesidad de profundizar en la democratización de la zona euro, acometiendo cambios institucionales, así como mejorando el aspecto fiscal, incluyendo "pagar los impuestos", así como optimizar la forma de usar los ingresos.

   "A corto plazo, debemos asegurarnos que el conjunto de la eurozona no se desmorona lo que supone un mínimo de medidas a tomar", señala la economista, quien considera que en el plano fiscal no se ha abordado la situacion de forma apropiada y "todo el mundo ha roto las reglas".

   "No funcionan. La regla de no rescate, rota; la regla presupuestaria, rota. Alemania ha roto las reglas, Francia las ha roto. Todos incumplen...Por tanto, esta no es la forma correcta", apunta.

    En este sentido, Rey, junto a otros economistas, defiende la necesidad de llevar a cabo acciones que permitan reducir la carga del endeudamiento pendiente para mejorar la sostenibilidad de la deuda y propone establecer "un régimen de reestructuración para la deuda soberana en la eurozona" con unas reglas conocidas de antemano, dentro del cual los países podrían gestionar con libertad, lo que supondría "un marco realmente diferente" con el fin de evitar situaciones como la de Grecia, que acabó afectando a otros países.