Pablo Alcalde, responsable de agua, saneamiento e higiene de Acción contra el Hambre (ACH), analiza en esta entrevista a Europa Press cómo está influyendo el conflicto en Siria y en los refugiados de países vecinos, principalmente en el Líbano, en el acceso al suministro de agua y de saneamiento.
.- ¿Cuál es el impacto humanitario del conflicto sirio?
Como estamos viendo en las noticias, el impacto humanitario es ese flujo de refugiados a Europa, la falta de condiciones básicas para una vida digna en el interior del país y una situación muy preocupante en los países vecinos, porque ya son cuatro años de conflicto, cuatro años en campos y cuatro años en los que no han tenido, ni tienen, ningún futuro, ni acceso al trabajo y están pendientes de una ayuda que cada vez se va reduciendo más.
.- Acción contra el Hambre ha puesto en marcha un proyecto para facilitar el suministro de agua a la población Siria y en Líbano. ¿Cómo se va a desarrollar?
Estamos trabajando tanto en Siria como en Líbano. En el caso de Siria, con proyectos de agua, fabricando redes de agua en las ciudades clave como Alepo, Al-Hasakah, Homs, Damasco, bombeo de pozos, saneamiento... En el caso de Líbano, todas las necesidades básicas las estamos cubriendo principalmente en el Valle del Becá y en el sur del Líbano y también en la región fronteriza con Siria, porque hay una zona de entrada de refugiados muy importante.
.- ¿Cuándo se puso en marcha el proyecto?
En los dos países estamos presentes desde antes del conflicto. En el caso del Líbano no sólo trabajamos con refugiados, sino con los libaneses, porque esa presión sobre los servicios públicos se ha visto mermado porque ha habido un aumento de población, por lo que también estamos trabajando en la mejora de los servicios.
.- ¿Cómo repercute el conflicto en vuestro trabajo?
En Siria tenemos lazos fuertes con contrapartes locales por lo que la respuesta fue bastante rápida, pero en Líbano aumentamos mucho la presencia de equipos internacionales, con un equipo grande de personas, cerca de 140, que están trabajando en la provisión de servicios básicos.
.- Además de Acción contra el Hambre, ¿hay alguna asociación más involucrada en este proyecto?
En Siria trabajamos con instituciones locales y gubernamentales y con equipos españoles de Acción contra el Hambre y en Líbano, principalmente, con los equipos en terreno y con el apoyo. Además, en el caso de Becá, con la autoridad de agua competente, que es la que nos facilita todo el tema de saneamiento, pero a nivel nacional no, tenemos coordinacion con Naciones Unidas, pero en otros países.
.- En tu opinión, ¿cuándo creéis que podría acabar el conflicto?
Todos los escenarios que se manejan son a largo plazo, no hay una solución del conflicto a corto plazo. Esa gente que ha salido del país no tiene un futuro claro, no tiene un horizonte claro de retorno y la población dentro de Siria lo que intenta es salir por todos los medios. A corto plazo no se contempla ningún escenario de término del conflicto.
.- ¿Es realmente tan alarmante la situación como parece?
Efectivamente, hablamos de un país, en el caso de Siria, que tenía un nivel de vida prácticamente europeo, con ciudades arrasadas que podían ser como cualquier ciudad europea y gente con un estándar de vida muy alto, que se ha visto forzada a salir por rutas muy peligrosas y sabiendo que se exponen a un peligro muy alto. La decisión de salir con tu familia a un futuro incierto es un indicador de que la situación en el país de origen es dramática.
.- Hasta la fecha, ¿cuántas personas se han beneficiado del proyecto?
Ahora mismo el suministro de agua depende principalmente de la ayuda humanitaria, se están cubriendo esas necesidades básicas pero miramos con precoupación que la atención se pierda, pues la financiación para el año que viene ha caído mucho y estamos trabajando mucho para no cortar estos suministros básicos para poder vivir, pero actualmente si la situación se mantiene va a ser muy difícil mantener las condiciones de vida de la población.
En el caso de Siria hablamos de dos millones y medio de personas que se están beneficiando de los proyectos de agua y saneamiento, porque estamos trabajando en redes que abastecen ciudades enteras, o a través de sondeos profundos, etc. En el caso del Líbano, estamos atendiendo directamente a 140.000 refugiados en el Valle del Becá y en el sur del Líbano.
.- ¿A qué se debe vuestra presencia en el Líbano?
En el Líbano estábamos presentes por el conflicto que hubo en 2006 y trabajamos en la emergencia y luego en proyectos de desarrollo. Y en Siria también en el noreste y empezamos, cuando la crisis humanitaria, a trabajar con los refugiados iraquíes en Siria y luego en proyectos de desarrollo en el noreste, que es la zona más deprimida, trabajando principalmente con agricultores para la mejora de los recursos naturales y de la producción.
.- ¿Habéis estado presentes en otros países?
En la zona de Medio Oriente, desde el 2000 en Palestina, por ser también zona de conflicto y desde la red internacional trabajamos en Irak y en Jordania. También estamos trabajando a través de una contraparte turca, con una organización que se llama 'Support to Life', y con los refugiados que están dentro de Turquía. Digamos que estamos trabajando en todos los centros de acogida de refugiados sirios.
.- ¿Qué diferencia veis entre el conflicto sirio y los demás conflictos en los que habéis trabajado?
Las tipologías diferentes. En Jordania los refugiados están en campos de refugiados, en Líbano los campos no son oficialmente campos de refugiados, sino que están dispersos por todo el Valle del Becá, en campos de 100 o 50 familias. En el caso de Siria tenemos población que se está desplazando internamente, huyendo del conflicto, que se asienta a través de contactos familiares, a través de apoyo a organizaciones y a través del apoyo de refugio y van moviéndose en función del conflicto. El conflicto (en Siria) ha evolucionado mucho durante estos años, entran unas fuerzas a una ciudad, luego salen, y hay un constante movimiento de desplazados internos dentro del país a los que nosotros estamos dando atención.
.- Vuestro papel entonces es la de hacer que los sirios que se quedan en el país tengan toda la atención necesaria, a pesar de que muchas personas optan por salir del país...
La salida de Siria, actualmente, es difícil, hay mucha gente que está saliendo, pero no todo el mundo puede salir. Salir supone un coste muy elevado para las familias y se tienen que apoyar en organizaciones de tráfico de personas que cobran una cantidad muy elevada sin ningún tipo de garantía de que puedan llegar al destino y sigue habiendo muchas personas que siguen sufriendo en el país.
Desde nuestro enfoque nosotros queremos llamar la atención a que la atención no debe ser ponerle freno a esos flujos migratorios, sino en atajar el problema. La gente está saliendo porque tiene un problema grave, si no lo tuviera, no saldrían. Nosotros queremos trabajar en promover o facilitar la atención para que la gente pueda tener sus vidas, sus casas, sus tierras y poder tener una vida.
