Actualizado 16/11/2011 16:12

El éxito del sistema educativo finlandés se basa en el prestigio social del profesorado y el consenso político

MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -

El éxito del sistema educativo finlandés se basa en el prestigio social del profesorado, con un alto nivel de formación y vocación, y en el consenso político en torno a la mejora de la educación de los ciudadanos, según ha indicado el director del Ministerio de Educación y Cultura de este país, Reijo Aholainen, durante su intervención en el I Seminario sobre Educación y Políticas en España, organizado por la Fundación Ortega-Marañón y la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), en Madrid.

Finlandia, que lidera los ránkings educativos internacionales, como el informe PISA de la OCDE, ha desarrollado un sistema que radica, según Aholainen, en la "cultura de la motivación", tanto del alumnado como de los docentes. Los profesores no acceden a esta carrera como tercera opción profesional, sino porque "realmente quieren serlo", ha subrayado el ministro Finlandés.

Además de esto, ha añadido que el acceso a esta profesión "no es nada fácil" y la preparación de estos trabajadores es "muy completa", pues están capacitados para poner solución a los problemas pedagógicos del alumnado con mayores dificultades, al que dedican clases de refuerzo.

El sistema de enseñanza finlandés está descentralizado y sus escuelas son públicas y municipales, no estatales. De esta forma, según este ministro de Educación, los centros escolares gozan de "mucha autonomía" para poner en práctica los programas que el profesorado considera más adecuados para la mejora del rendimiento del alumnado, pero siempre dentro de unos objetivos y pautas nacionales.

"La educación está en las aulas y no en la Administración", ha aseverado, para añadir que "en lugar de únicamente enseñar y aprender también hay que saber cómo hacerlo, en un contexto en el que también entra en juego la tecnología de la comunicación e información, lo visual".

Los gobiernos de coalición finlandeses han permitido, según Aholainen, el mantenimiento de las políticas educativas y de los objetivos a largo plazo. "El hecho de que siempre haya en el Gobierno uno de los tres partidos mayoritarios, ha favorecido la estabilidad de las políticas de enseñanza y su financiación", ha añadido.

Otra de las bazas de Finlandia es la implicación de la familia en la educación de los hijos y la atención temprana. Así lo demuestran los resultados en PISA, pues, según Aholainen, los padres de los alumnos de 15 años forman parte de la primera generación de la reforma educativa de Finlandia.

Sólo la mitad de los niños menores de cuatro años van a la escuela, pues son atendidos por los padres y familiares, gracias a que existen políticas sociales que permiten la conciliación de la vida familiar y laboral. "La atención educativa temprana la reciben los niños de sus familias porque así lo considera el Parlamento", ha aseverado.