Actualizado 28/10/2016 15:33

"Mi hijo Felipón (con 6 lesiones cerebrales) cambió nuestra vida para maravillosa"

MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -

Rocío Martín Díez, abogada, esposa y mamá de Candela, estaba embarazada de su segundo hijo cuando los médicos le informaron de que el niño venía con seis lesiones cerebrales distintas y de que era "uno de los casos más negros que habían visto". Ahora, cuando Felipón ha cumplido cuatro años, publica 'El regalo' (Ed. Isthar Luna-Sol), un libro en el que cuenta la experiencia y cómo su segundo hijo ha llegado a su vida para cambiarle y para enseñarle a ser feliz.

"Felipón me cambió a mí y conmigo cambiamos todos. Me olvidé de la vida de estrés a la que estamos acostumbrados de exigencia, de control y de todo lo que hemos aprendido y de repente me encontré con que la vida es otra cosa", asegura la autora en una entrevista con Europa Press.

Rocío presenta el libro este viernes, 28 de octubre, en Madrid y explica que empezó a escribirlo por recomendación de su osteópata, que creyó que era necesario que otras personas vieran la "paz" con que ella y su marido estaban abordando el nacimiento y los primeros meses de su hijo.

"Cuando a mí me lo dijeron (en la semana 20 del embarazo) tuve tiempo para pensar y fue un periodo de incertidumbre muy grande, los médicos te recomiendan una serie de cosas, todo el mundo te da su opinión y tú no sabes qué va a pasar --explica Rocío--. La visión de los médicos no me hacía muy feliz y si te metes en Internet te encuentras con padres asustados con experiencias negativas. No era lo que buscaba, necesitaba una visión objetiva y global".

En este sentido, señala que, habitualmente, "los médicos lo ponen todo muy negro", en parte, a su juicio, porque "se asustan por si te lo ponen bien y luego no sale bien". En cambio, cree que si quienes están alrededor de la persona con la lesión cerebral "lo plantean todo de forma diferente" se convierten en una ayuda y la lesión "mejora mucho más rápido".

De hecho, señala que, pese a los pronósticos, Felipón "está a punto de andar, dice ya muchas palabras y se ríe sin parar" y en la actualidad ya no tiene crisis epilépticas ni bronquiolitis y le ha desaparecido "la mayor parte de su hipotonía".

NO TOMÓ LA VÍA CONVENCIONAL

La autora explica que tomó la decisión de "no tomar la vía convencional" de afrontar el embarazo y el cuidado de su hijo y descubrió "un mundo dispuesto a ayudarle", tanto por parte de médicos "muy humanos" y personas dispuestas a "dar soluciones", en lugar de "mirar con cara de pena".

Según Rocío, una de las cuestiones más importantes para ayudar al niño es que la madre, en primer lugar, esté bien consigo misma. "Si una madre está bien es capaz de saber qué terapia le conviene a su hijo, le da felicidad, no le exige mejorar más rápido de lo que él puede, transmite felicidad y alegría a su alrededor", asegura.

En todo caso, explica que se trata de una felicidad distinta de la que se busca habitualmente, porque "se acostumbra a buscar fuera y depender de las circunstancias de fuera". "Yo propongo hacerlo al revés: que esa paz y esa felicidad que buscábamos fuera la busquemos dentro. Eso se puede buscar sentado en el hospital 24 horas o donde haga falta, porque no necesitas más medios que la disposición de encontrar la paz y tu sitio en este mundo", apostilla.

Por eso, aunque asegura que "hay cosas que ya no puede hacer, como salir hasta las 3 de la mañana", su vida "es más ahora" gracias a su hijo y a que ha aprendido a "cuidarse a sí misma" y dedicarse un tiempo para "hacer un poquito de estiramiento y a darse un poquito de amor" por las mañanas.

Para ello, reconoce que ha tenido que hacer "un camino interior" que empezó cuando "se rindió" respecto de sus pretensiones por "tenerlo todo controlado y organizado". "De repente, cuando tienes un hijo con lesión cerebral, que no es lo que esperas ni lo que te enseñan como perfecto, empiezas por un camino que o te rindes de verdad y te cierras a todo o te rindes de otra manera", explica.

Esta segunda manera es la que Rocío propone como "buscar alternativas" y "buscar soluciones que cambian la vida por completo, no solo la del hijo". De hecho, señala que ella misma ha ido "cambiando y perdiendo rigidez y exigencias de control" mientras, a la vez, su hijo iba mejorando. "Había una complicidad que me hacía ver que iba por el buen camino", apostilla.

Por eso, asegura que la importancia de "cuidarse a sí misma" no es "una cuestión de egoísmo" sino de que ha descubierto que, haciéndolo, podía ayudar a su hijo a mejorar y podía saber mejor qué es lo que Felipón necesita.

"Desde que hace tres años, embarazada de mi segundo hijo, nos dijeran que el bebé que esperábamos tenía lesiones cerebrales muy graves, nuestra vida cambió por completo. Para bien, para maravillosa", comienza el libro en el que Rocío, embarazada de su tercera hija, cuenta su historia y la experiencia que ha adquirido durante los últimos años y que, espera, sirva como "ayuda para todas las madres que se sientan perdidas".