Publicado 18/11/2017 12:02

Javier, joven educado en Aldea SOS: "Hay más familias vulnerables de las que se piensa. Hay que trabajar a pie de calle"

Pedro Puig, Madre SOS y Jaiver Saiz
ALDEAS INFANTILES

   MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Javier Saiz Lapeña, un joven que actualmente cursa la carrera de Derecho en Granada con el objetivo de aprobar una oposición en el futuro, ingresó junto a su hermano en la Aldea de Cuenca de Aldeas Infantiles SOS cuando tenía diez años, porque su situación familiar "no era la adecuada".

   "La situación en casa no reunía las condiciones que todo niño necesita para su cuidado del día a día. Hay muchas más familias que están en situación de vulnerabilidad de las que se piensa", ha señalado en una entrevista concedida a Europa Press Javier, que también ha pedido al Gobierno que trabaje "más a pie de calle".

   Aldeas Infantiles SOS ha presentado este viernes con motivo del Día Internacional de los Derechos del Niño, que se celebra el 20 de noviembre, un informe en el que asegura que más de 300.000 niños España, es decir, uno de cada 25, están en riesgo de perder el cuidado de sus padres.

   Concretamente, Julio ha demandado que se tomen "más medidas de protección" a la infancia y "concienciar más a la sociedad", porque, en su opinión, "siempre se puede mejorar y ayudar más". "Son pocas las ayudas y pocas las medidas que ofrece la Administración", ha lamentado.

   "Siempre se decide por los niños pero sin contar con los niños, se tendría que tener en cuenta primero la opinión de los niños y luego ya ver qué se puede hacer. Que un niño haga una comida al día ya es vulnerabilidad", ha explicado el joven estudiante, al tiempo que ha asegurado que no se conoce "la situación que hay en cada casa" y que los niños "tienen que estar cómodos".

   Una familia SOS acoge al niño cuando no puede vivir con su familia, ofreciéndole un entorno protector, con una persona de referencia estable (madre SOS), que le ofrece los cuidados, el afecto y la formación necesarios para su desarrollo integral.

   Cada familia SOS vive en una casa de la Aldea Infantil SOS y cada Aldea está formada por un conjunto de hogares donde residen grupos de hermanos, garantizándose la no separación de los mismos. La organización se ocupa de los niños hasta que puedan volver con su familia biológica o hasta que son capaces de vivir de forma independiente.

UNA SEGUNDA FAMILIA

   "La Aldea es como una segunda familia, es una casa como cualquier otra en la que tienes tu educadora responsable (madre) y en la que convives con otros niños. Los rocecillos con los otros niños se solucionaban porque en eso consiste la convivencia", ha explicado Javier.

   Sobre su relación con los educadores, el joven ha asegurado que los considera "parte" de su familia, de su entorno, porque "siempre están ahí para cualquier cosa". "Los educadores pasan a ser parte de nuestra familia y nosotros de la de ellos, es algo recíproco. Eso ayuda muchísimo y te hace sentir muy bien", ha precisado.

   "Con la educadora responsable acabas congeniando más y teniendo más trato, más confianza, porque es la que más tiempo estaba con nosotros. La relación con ella es estupenda, nos encontramos varias veces al año y tenemos contacto telefónico", ha apuntado Javier.

   Javier estuvo en la Aldea SOS hasta los dieciséis años, cuando pasó a otro programa de Aldeas Infantiles, la residencia de jóvenes. "Te ayudan a adquirir una mayor autonomía para que cuando salgas, con 18 años, ser más responsable. Te asesoran y te ayudan, me vino muy bien porque yo estaba en una etapa de desconcierto y me animó a seguir estudiando", ha explicado el estudiante de Derecho.

   Aldeas Infantiles SOS tiene en España ocho Aldeas en ocho ciudades: Barcelona, Pontevedra, Madrid, Granada, Cuenca, Santa Cruz de Tenerife, Zaragoza y Las Palmas.

NIÑOS CON BAJA AUTOESTIMA

   "En la Aldea buscamos crear un ambiente familiar para que se sientan cómodos, porque son niños que han pasado situaciones complicadas y les resulta difícil avanzar. Hay que tratarlos con cariño y afecto, creando un clima de confianza, porque son niños que suelen venir con baja autoestima, no se creen lo que son capaces de lograr", ha explicado a Europa Press María José González, madre SOS durante 18 años en la Aldea de Tenerife.

   En la misma línea, ha añadido que con "esfuerzo, apoyo y creyendo en ellos", alguno niños "llegan a tener los mejores expedientes de la clase". "Necesitan que los escuches cuando lo demandan para sacar todo lo que tienen dentro. Cuando llegan parece que están enfadados, pero a los pocos meses los ves sonreír porque se sienten con más seguridad al tener su espacio y a alguien pendiente de ellos", ha subrayado la educadora.

   Para la madre SOS, es "muy importante" tener en cuenta a la familia biológica de los niños y tener un "trato cordial y no distante". "A lo largo de los años he intentado tener un trato cercano con las familias. Los niños vienen de distintas situaciones familiares y necesitan atención, cariño, un buenos días por la mañana y que les pregunten qué tal el día", ha indicado.

   Cuando cumplen los 18 años, entran en el Programa de Jóvenes de Aldeas Infantiles SOS, en el que se les apoya y se les beca para que sigan estudiando y puedan compartir piso. "No porque cumplas 18 años eres adulto, con 18 años no estás preparado para enfrentarte a lo que te espera fuera. Hacemos un seguimiento de los chicos y seguimos en contacto con ellos", ha asegurado María José.

   "Una de las chicas me dijo que gracias a Aldeas sabía lo que era vivir en familia y otro me dijo que gracias a Aldeas no había terminado como otros chicos de su barrio, metido en problemas y sin futuro", ha apuntado la educadora.

   Por último, ha señalado que "muchos" de los que estaban en el hogar "no habían tenido nunca" una celebración de cumpleaños, porque en su casa "no podían hacer una fiesta", o "no habían tenido nunca un juguete de Reyes Mayos". "Hay que darles confianza y que vean que realmente estás ahí. Hay que crear un clima en el que se sientan cómodos, seguros y poco a poco van saliendo sus problemas, no hace falta preguntarles", ha concluido.

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