Actualizado 02/07/2015 16:13

Los geriatras avisan de que España está lejos de cumplir los consejos de vacunación de la OMS para mayores de 65 años


MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ha avisado de que España "está lejos" de cumplir las recomendaciones de vacunación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las personas mayores de 65 años.

Y es que, mientras que este organismo establece una cobertura vacunal antigripal del 75 por ciento de la población, en la temporada 2013-2014 esta cobertura en mayores de 65 años se situó en el 56,4 por ciento.

En este sentido, la sociedad ha recordado que en España se producen entre 1.400 y 4.000 muertes al año por las complicaciones generadas por la gripe. Por ello, ha reiterado la importancia de la vacuna de la gripe ya que reduce la hospitalización de personas mayores en más de un 30 por ciento y la mortalidad por todas sus causas en un 50 por ciento.

"Los mayores de 65 años son un grupo importante de riesgo frente a la gripe y especialmente vulnerable si presentan un proceso crónico o si viven en residencias. Además, la gripe puede causar neumonías, bronquitis, otitis y sinusitis y puede suponer un riesgo para la vida de las personas mayores y grupos con patología crónica y factores de riesgo", ha comentado el presidente de la SEGG, José Antonio López Trigo.

Asimismo, la sociedad se ha referido a la enfermedad neumocócica, la cual, en paciente con edad avanzada, tiene una tasa de mortalidad de entre un 20 y un 40 por ciento. Se trata, a su juicio, de un "importante" problema de salud pública en esta población ya que induce a una "amplia gama" de patologías como, por ejemplo, neumonía, meningitis y septicemia.

De hecho, el neumococo es el responsable de hasta el 36 por ciento de las neumonías extrahospitalarias adquiridas por adultos que requieren hospitalización.

"Disponemos de vacunas antineumocócicas que previenen la neumonía invasiva entre un 60 y un 70 por ciento en los mayores y adultos, evitando severas complicaciones con enfermedades y reduciendo sensiblemente la hospitalización", ha analizado el presidente de la Sociedad Madrileña de Geriatría y Gerontología, Primitivo Ramos.

VACUNA CONTRA EL HERPES ZÓSTER

Por su parte, el herpes zóster proviene del virus de la varicela que, tras quedar acantonado en los ganglios sensoriales, espera el momento en el que un descenso de la inmunidad celular desencadene la reactivación del virus que provoca la característica "culebrilla" que, en pacientes inmunodeprimidos, la infección se puede extender y producir enfermedad sistémica, envolviendo varios órganos y múltiples dermatomas, dando lugar al llamado zóster diseminado.

Se estima que entre el 25 y el 30 por ciento de las personas desarrollarán zóster a lo largo de su vida y, aproximadamente el cuatro por ciento de los pacientes con zóster desarrollarán un episodio recurrente durante el resto de su vida.

Aunque, suele resolverse de forma benigna, pero pueden ocurrir complicaciones de varios tipos, desde leves hasta la posibilidad de comprometer la vida del paciente. En concreto, diseminado puede producir la muerte por encefalitis, hepatitis o neumonitis.

Ante esto, la SEGG ha asegurado que el tratamiento antiviral y con corticoides se ha mostrado "eficaz" a la hora de reducir la duración de los síntomas, y ha insistido en que las vacunas son "seguras, eficaces y proporcionan beneficios" tanto personales como comunitarios.

"Aún existe escasa concienciación de la importancia de la vacunación para prevenir enfermedades comunes. Es contradictorio el rechazo generalizado a vacunarse contra enfermedades comunes como la gripe o el neumococo, con las que podemos llegar a sentirnos realmente mal, mientras que, cuando viajamos y tenemos que vacunarnos contra enfermedades exóticas como la malaria, no dudamos en seguir estrictamente las recomendaciones de vacunación del Ministerio de Sanidad", ha recalcado López Trigo.

RECOMENDACIONES DE VACUNACIÓN

Por todo ello, el Grupo de Vacunas de la SEGG ha recomendado vacunar de la gripe a todas las personas a partir de los 60 años; usar vacunas inactivadas de inmungenicidad aumentada para los mayores de 65 años; vacunar a todo el personal de los centros y residencias geriátricas y de los cuidadores domiciliarios de este colectivo; a los familiares que convivan con población de riesgo; y a los trabajadores sanitarios.

De esta lista se excluyen las personas alérgicas al huevo. No obstante, no aconseja vacunar contra esta enfermedad a los alérgicos al huevo.

En relación al neumococo, destaca la necesidad de que se vacunen a aquellas personas con alto riesgo de infección neumocócica grave y pacientes inmunocomprometidos; y a los mayores de 65 años que recibieron alguna dosis de esta vacuna antes de dicha edad.

Finalmente, aconseja vacunar del herpes zóster a los mayores de 60 años; a pacientes con diabetes mellitus (tipo I o II); con EPOC avanzada en tratamiento con corticoides inhalados; con insuficiencia cardiaca crónica; a las personas inmunocompetentes; a aquellos con enfermedad crónica no incluidos en los grupos anteriores; a los que se vayan a someter a una cirugía mayor programada; y a aquellos con depresión mayor.