Actualizado 06/10/2015 16:59

Los agricultores europeos no tienen libertad para elegir, según Monsanto


ARABAYONA DE MÓGICA (SALAMANCA), 6 Oct. (de la enviada especial de Europa Press Rocío Arcas) -

El director de sostenibilidad de Monsanto en Europa y Oriente Medio, Carlos Vicente, ha lamentado que la biotecnología de plantas se usa "para hacer agendas políticas" y que el agricultor europeo no tiene libertad para elegir las herramientas tecnológicas por "razones políticas", no científicas. Precisamente, este lunes se ha conocido que un total de 19 Estados miembros de la UE han comunicado a la Comisión Europea su intención de prohibir el cultivo de organismos genéticamente modificados (OGM) en su territorio o parte del mismo, incluso aunque hayan sido autorizados a nivel europeo.

Vicente ha explicado, en declaraciones a Europa Press, que esta situación "va en detrimento" de las opciones del agricultor de ser "más competitivo y eficiente" en el uso de los recursos, así como de ser más sostenible en las producciones.

Según el directivo, los agricultores españoles se han beneficiado, desde 1998, de la biotecnología de plantas, lo que les ha permitido ser más competitivos, respecto a agricultores de otros países europeos que no tienen acceso a esas herramientas, y más sostenibles reduciendo el uso de insecticidas, el consumo energético y opteniendo una mejor economía.

"Invertimos en investigación y ponemos a disposición de los agricultores la biotecnología, en aquellos territorios en el mundo en los que hay un marco regulatorio predecible, donde los gobiernos se enfoquen desde la perspectiva de la ciencia, y los agricultores demanden la tecnología, como es el caso de España o Portugal; pero no de Europa", ha señalado.

SEMILLA DE MAÍZ ADAPTADA A LA ZONA DEL DUERO

Vicente ha recorrido este lunes 5 de octubre en Arabayona de Mógica (Salamanca) una parcela de doce hectáreas, donde ha explicado el desarrollo tecnológico que la empresa está ejecutando de forma experimental, para obtener la semilla híbrida de maíz que "mejor se adapte" a "toda la zona del Duero" y ofrezca "mayor rentabilidad" a los agricultores, con la reducción del consumo de fertilizantes, la optimización del uso del agua y mediante la agricultura de precisión. Se trata de una mejora genética de semillas convencionales a través de sistemas avanzados como la biología molecular, entre otros.

"Desde Monsanto buscamos obtener más cantidad de información, para darle a los agricultores una recomendación a la hora de manipular el cultivo y reducir los riesgos adversos a los que se enfrenta, como las sequías o el exceso el agua" ha señalado durante la vista al campo de ensayo.

Vicente ha indicado que la empresa desarrolla innovaciones y "soluciones tecnológicas", para "afrontar el reto" de producir alimentos de forma "creciente y sostenible", por el aumento de la demanda de los mismos al crecer la población; el enriquecimiento de la dieta; los recursos limitados, como el agua, el suelo y la energía; y el cambio climático.

Por su parte, el director de desarrollo de tecnologías para el sur de Europa de Monsanto, Juan Antonio Luque, ha expuesto que en el ensayo iniciado en la parcela tiene el objetivo de encontrar la variedad que mejor se adapta a la zona del Duero, tras observar el comportamiento de 17 variedades de semillas híbridas, respecto a las condiciones del terreno para optimizar la producción.

Entre las fases del experimento destacan la identificación del tipo de suelo de la parcela, mediante un quark geoposicionado, y la elaboración de un mapa de texturas del mismo; y la posterior siembra con una sembradora geoposicionada que dosifica de forma automática las semillas, variando la densidad de las mismas en función del tipo de suelo para encontrar la densidad óptima, según ha expuesto la técnico de desarrollo de tecnologías en la zona oeste de España de Monsanto, Anna Pedrós.

Algunos de los protocolos de sembrados que se están llevando a cabo son el ensayo de variedades, de velocidad, de densidades, y de eficiencia en el uso de nitrógeno. La tecnología empleada en el ensayo permite también monitorear la siembra para conocer lo que sucede en "todo momento" y saber si se está haciendo "bien o mal". Asimismo, se realiza el análisis del Índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI), para medir el potencial productivo de la parcela.

De hecho, el agricultor propietario de la parcela donde Monsanto está desarrollando el ensayo, ha manifestado que "esto funciona" y que en los últimos doce años se ha pasado de obtener 9.000 kilos por hectárea de producto a 16.000 kilos por hectárea en un terreno "malo", con una variedad de maíz adecuada.

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