Actualizado 17/05/2017 17:07

"Alimentación sostenible y políticas alimentarias. ¿Desafío global o local?". Por la Fundación Daniel & Nina Carasso

Gijon. 25/05/2016. Isabel Le Galo. Delegada Adjunta para España de la Fundacion
DANIEL MORA

   Según las previsiones, la población mundial aumentará hasta cerca de los 10.000 millones de personas en 2050, de las cuales dos terceras partes residirán en zonas urbanas. Un dato sorprendente que pone de manifiesto la magnitud del desafío alimentario al que nos enfrentamos y el importante papel que jugarán las ciudades en el impulso de nuevas políticas que permitan sentar las bases de un futuro más sostenible.

   Buena muestra de ello es el Pacto de Milán, firmado el pasado mes de octubre por 116 urbes de todo el planeta y que constituye el primer protocolo mundial en materia alimentaria a nivel municipal. Sus tres grandes compromisos comprenden el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles que garanticen el acceso a comida saludable para todos, la protección de la diversidad y la lucha contra el desperdicio de alimentos. Tres pilares fundamentales que hacen más necesaria que nunca la construcción de alianzas público-privadas para la promoción de sistemas productivos y comerciales más responsables, que permitan cubrir de forma satisfactoria las necesidades alimentarias y nutricionales de la sociedad.

   La importancia de esta transformación emerge de la ciudadanía, cuya demanda de una alimentación sostenible, saludable y equilibrada aumenta cada día. Aspectos como la agroecología y el valor de los productos de proximidad están ganando presencia en la conciencia colectiva y, a día de hoy, España vive un auténtico auge de proyectos locales e iniciativas ciudadanas que buscan la transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles.

   Sin embargo, un reto de esta dimensión requiere ser estudiado desde un prisma global, que analice el papel de todos los actores implicados, tanto a nivel social y económico, como político, urbanístico medioambiental, nutricional...

   Esta filosofía integradora es la que rige la actividad de la Fundación Daniel & Nina Carasso desde sus inicios. Por ello, desde nuestra llegada a España en 2014, nuestros esfuerzos se dirigen hacia la identificación y promoción de proyectos cuyo foco sea la transición hacia sistemas sostenibles.

   Para conseguirlo, resulta esencial establecer un punto de unión entre todos los ámbitos y actores que conforman el entramado alimenticio y esa es precisamente la labor que llevamos a cabo, a través de la búsqueda de sinergias y la colaboración de todos los actores implicados.

   En este sentido, como ya avanzaba el Pacto de Milán, el trabajo con y desde las ciudades es clave y, por ello, ocupa un lugar preferencial en nuestra estrategia. En esta visión se enmarca el proyecto del Ayuntamiento de Valencia -capital mundial de la alimentación este año-, de constitución de un consejo alimentario para la definición participativa de su política alimentaria territorializada, que apoyamos desde diciembre de 2016. Además, por su implicación en el reto alimentario, hemos elegido la ciudad para la entrega este 18 de mayo del III Premio Daniel Carasso, un galardón científico con el que reconocemos la labor en investigación de un profesional internacional en materia de alimentación sostenible.

   En la misma línea, colaboramos en otra treintena de proyectos en toda España, como por ejemplo el de la asociación Garúa en Madrid, que busca levantar los frenos a la incorporación de una alimentación sostenible --ecológica, local, social-- en los comedores de las escuelas públicas de la Comunidad. La lucha contra el desperdicio alimentario es otro campo de actuación al que prestamos nuestro apoyo en Cataluña con nuestra participación en el proyecto Espigoladors, que recupera la fruta y verdura antes de ser descartada por los mercados por normas meramente estéticas, transformándola en productos de primera calidad o destinándola a grupos en riesgo de exclusión social y pobreza alimentaria.

   Todos ellos son proyectos retadores e ilusionantes que contribuyen y demuestran la viabilidad de una transición hacia una sociedad más consciente y responsable con sus recursos, más justa, inclusiva y capaz de buscar soluciones para afrontar el desafío alimentario al que nos enfrentamos.

   Isabelle Le Galo-Flores es la directora de la Fundación Daniel & Nina Carasso en España.