Actualizado 03/04/2017 12:57

"Cinco claves para no convertir a los niños en 'hooligans'". Por Fundación Mutua Madrileña

Presentación del manual Deporte y Valores
JAVIERVALEIRO

   Conscientes de la agresividad de los padres durante las competiciones deportivas, la Fundación Mutua Madrileña, en colaboración con la Fundación Deporte Joven del Consejo Superior de Deportes, ha editado el manual para padres 'Deporte y Valores'. El objetivo de esta guía es ayudar a los padres a extraer el máximo beneficio del deporte para la educación de sus hijos y poner algo de cordura en las actitudes violentas cada vez más frecuentes.

   La guía, que puede descargarse gratuitamente en la web de la Fundación Mutua Madrileña ('www.fundacionmutua.es'), "fomenta el buen entendimiento de los padres con el resto de agentes implicados en el deporte, para lograr que la experiencia deportiva de los hijos sea mucho más enriquecedora", explica el manual que firman los entrenadores David García y Guillermo Calvo, de la Escuela Deporte y Crecimiento Personal (DCP).

   El libro utiliza los valores como hilo conductor para entender los beneficios que puede aportar la práctica de cualquier deporte a la educación a través de principios como el respeto, el trabajo en equipo, la responsabilidad, la disciplina, la convivencia, la confianza y la aceptación de la diversidad. Estas son algunas de las claves que ofrece el libro para sacar el máximo partido al deporte en la educación de nuestros hijos:

   .- 1. Elija un deporte y un club que transmita sus valores.

   Una educación completa incluye el aprendizaje de conocimientos y la transmisión de actitudes y comportamientos deseables. En este segundo campo la actividad deportiva supone una gran escuela, pues en la práctica del deporte se dan situaciones que promueven el desarrollo de estos valores (como el compañerismo, el trabajo en equipo el esfuerzo, la constancia o el compromiso). Por eso es importante que, a la hora de elegir equipo, club o deporte para nuestros hijos e hijas éste promueva unos valores en consonancia con los nuestros.

   .- 2. Deje que su hijo encuentre su papel en el equipo.

   No aliente a su hijo para que sea mejor que el resto. En los deportes de grupo cada persona tiene un rol, "se pueden encontrar líderes en lo deportivo, pero también en lo emocional, en lo anímico, en la comunicación... la actividad nos hace descubrir la diversidad de liderazgo que puede haber en un grupo. La labor de equipo técnico, padres y deportistas es encontrar ese "algo" en cada uno. Hay multitud de líderes en un equipo", explican los autores del manual.

   .- 3. Utilice el deporte como herramienta de gestión del tiempo.

   Deporte y estudio no solo pueden, sino que deben ser compatibles. El manual propugna que "participar en una actividad deportiva organizada ayuda a crear rutinas saludables en el tiempo de ocio, lo que supone un factor de protección frente a la adicción a las nuevas tecnologías".

   La función de los padres es seguir una línea coherente en cuanto a las actividades a las que se apuntan sus hijos "no ser ni demasiado restrictivos ni muy permisivos en la cantidad de actividades que practiquen. Hay que enseñarle elegir y hacerles ver que no es posible apuntarse a todos los deportes".

   .- 4. Respete siempre al árbitro, aunque se equivoque.

   El papel del padre debe ser el de conciliador y comprensivo con los errores que se pueden cometer a lo largo de una competición. "Si criticamos la actuación del árbitro en presencia de los chicos, le desautorizamos", aconseja el libro. Los niños aprenden de lo que ven y escuchan; por tanto, si el padre critica al árbitro, ellos también lo harán. Además, una atmósfera de tensión puede desestabilizar emocionalmente al niño o a la niña y perjudicar su estado anímico y su rendimiento.

   Del mismo modo, restar autoridad al entrenador enseña a los hijos a no respetarle como un referente educativo y no asumir las consecuencias de sus acciones. "Hay que evitar convertir a los chicos y chicas en jugadores difíciles de entrenar, poco receptivos a la crítica y con baja tolerancia a la frustración", explican.

   .- 5. Controle sus emociones y no sea un padre 'joystick'.

   Debemos ser coherentes con los valores que queremos transmitir a nuestra prole y no dejarnos llevar por la competitividad, proponiéndoles que hagan trampas para ganar o incitarles a vengarse de algún rival. "Estos mensajes promueven la violencia, que es la máxima expresión de la falta de respeto al equipo arbitral, al rival, a tu hijo o hija y sus compañeros, al deporte y a ti mismo".

   Por otro lado, algunos padres actúan como un 'joystick' desde la grada gritando para dirigir las acciones de sus hijos e hijas en el campo, dándoles instrucciones constantemente y contradiciendo incluso al cuerpo técnico.

   Este doble mensaje genera una tensión que los deportistas (da igual la edad) no son capaces de manejar. "Recuerde: para bien o para mal está jugando su hijo, no usted", recuerdan los autores en el manual.

   Según los autores, estas actitudes son una respuesta a una mala gestión emocional y sirven como vía de escape para frustraciones y enfados. Por ello, hay que dar mucha importancia al control de nuestras emociones para no aportar conductas violentas al entorno deportivo.

   ¿Y cómo elijo el mejor deporte para mi hijo?

   Los niños y niñas suelen apuntarse a una actividad deportiva animados por su entorno, ya sea porque un amigo lo practica o porque sus progenitores lo han ejercido en algún momento. El manual para padres "Deporte y Valores" aconseja, ante la duda de los niños, que sean los padres los que den el primer paso y les orienten sobre la disciplina deportiva en función de sus gustos y preferencias.

   Si el niño ya viene con una idea en mente, los padres deben "reforzarla", porque es prioritario que los niños elijan los deportes que más les apetezca practicar como forma de reforzar su motivación para hacerlo y disfrutar de ella. A veces es más tentador escoger la opción más cómoda para la organización familiar, pero a largo plazo, apuntan los autores, no siempre es la mejor.

   Lo que suele llevar a un niño o niña a la práctica deportiva es compartir tiempo con sus amigos, divertirse, aprender cosas nuevas. "Ser el mejor", "ganar siempre" o "hacerme profesional de tal deporte", son expectativas adultas, y es importante saber manejarlas para no arrastrar al deportista a la frustración.

   ¿Cómo le animo si no tiene interés por el deporte?

   Hay niños que no tienen ningún interés por el deporte. En estos casos, el manual propone diversas formas de aproximarse a la actividad física, que no necesariamente tiene que ser formando parte de un equipo o un club.

   Para ello, se propone que, desde pequeñitos, los padres estimulen el desarrollo físico de sus hijos jugando con ellos a la pelota, montando en bicicleta o echando carreras en el parque. "Fomentar la actividad física en familia ya es una manera de hacer deporte. Que no se le dé bien el deporte no es una excusa, sino una consecuencia. Si desde pequeños les animamos a correr, lanzar y saltar, estarán adquiriendo las habilidades básicas necesarias para iniciarse en la práctica deportiva", indican. Otro de los caminos puede ser utilizar la tecnología como aliada para introducir a nuestros hijos en el deporte (ejemplo: Wii sports, plataformas de baile, etc.).