Publicado 18/02/2015 11:11

"Un compromiso medioambiental, también a nuestro alcance". Por Isabel Santos, adjunta a la Coordinación LIFE ClayGlass

RAQUEL ABULAILA
RAQUEL ABULAILA

Hacer compatible la actividad industrial y el respeto al medio ambiente es uno de los grandes retos, a los que se enfrenta el sector económico secundario. Con este fin, las empresas están haciendo grandes esfuerzos invirtiendo en I+D+i, además de recurrir a fuentes externas de financiación para mejorar sus métodos.

Para esta necesaria actualización de los procesos industriales, la Comisión Europea mediante su programa LIFE, apoya iniciativas innovadoras que contribuyan al desarrollo sostenible y al logro de los objetivos de la Estrategia Europa 2020 y de los planes de la UE en materia de clima y medio ambiente. Así, para la convocatoria de 2012, el monto total de las ayudas destinadas para todas las categorías fue de 276.710.000 euros. De los 59 proyectos españoles aprobados en la categoría de Política y Gobernanza Medioambiental en estos momentos en fase de ejecución, uno de ellos es LIFE ClayGlass: adaptación al cambio climático de la industria cerámica estructural mediante el uso de vidrio reciclado como fundente.

Es precisamente en la industria de la construcción, pavimentos y revestimientos donde las investigaciones para la innovación se orientan a conseguir un mayor ahorro energético, a la reducción de las emisiones de gases contaminantes y al uso sostenible de los recursos naturales. En esta misma línea, también se trabaja para obtener nuevos productos a partir de la incorporación de residuos (generados por la propia industria cerámica y otros), que destaquen por su calidad, valor añadido con el sello ecológico y diseño.

Todo esto puede parecer alejado del día a día del ciudadano de a pie, que sólo recibe el producto final. Con los bienes de consumo en la mano, pocas veces pensamos en el proceso y en los recursos, en las personas que han intervenido en esa cadena hasta que llegan a nosotros. Sin embargo, de forma indirecta participamos o podemos participar en el proceso, mucho más de lo que pensamos.

En el caso LIFE ClayGlass, el proyecto se centra en la fabricación de ladrillos de gres, comúnmente conocido como "ladrillo visto" o "ladrillo cara vista" para fachadas. De forma muy sintética, el objetivo del proyecto es conseguir un ahorro energético de entre el 10-15% en el sector cerámico estructural, disminuir las emisiones de CO2*a la atmósfera, así como los costes de producción. Para ello se está demostrando que es posible reducir las temperaturas de cocción, mediante la sustitución de parte de la arcilla por vidrio reciclado como fundente.

El vidrio reciclado empleado para ese nuevo "ladrillo visto" que algún día podremos ver en nuevas construcciones, procede de la pantalla y el cono de los antiguos televisores, de los ordenadores que ya no utilizamos, y del vidrio que tiramos en casa mezclado con restos orgánicos.

En el caso de los televisores y ordenadores, que mantengan las condiciones óptimas necesarias para poder ser reciclados depende de nosotros, ya que deben ser gestionados en los puntos específicos para su recogida, en vez de ser abandonados en la calle. Y quien dice de estos electrodomésticos, dice de otros enseres y aparatos que tienen su canal de reciclado, y que por falta de compromiso con el medio ambiente o con el bienestar en nuestra propia ciudad, vemos también a diario abandonados en las calles o en el contenedor que no corresponde.

Por lo tanto, gestos que a veces hacemos por mero civismo alcanzan una mayor dimensión, ya que con ello estamos facilitando que otros puedan seguir con esa cadena de sostenibilidad, de investigación, de valorización* en la que, a fin de cuentas, también debemos sentirnos implicados, comprometidos y responsables.

Por Isabel Santos Herrero. Adjunta a la Coordinación LIFE ClayGlass
('www.lifeclayglass.com').

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