FamilyApp nació de una necesidad, como todas las buenas ideas. Al menos, yo creo firmemente que lo es. Todos los días veía en las noticias cómo va aumentando la pobreza en España y en el mundo, y cómo cada día los ricos son más ricos, y los pobres, pues ya sabemos cómo están. Cada día son más largas las colas en los comedores sociales y se anuncian recortes en nuestras ayudas al exterior.
Paseas por la calle y ahí te encuentras muchos jóvenes con una carpeta y un bolígrafo en la mano tratando de ganar apoyos para proyectos fundamentales en países con una gran escasez. Ves cómo cada vez son más las personas que pasan de largo, quizás con la cabeza baja, quizás meditando cómo va a apañárselas para pagar la luz ese mes.
Ya no tienes la sensación de que esa pobreza te queda tan lejos, ya no somos tan distintos. Mirando las cosas desde la perspectiva correcta te das cuenta de que es cierto que somos una gran familia que vive en esa pequeña canica azul, que diría Carl Sagan. En este hogar nuestro no tan grande, cuando un hermano lo pasa mal, es otro hermano el que le ayuda a salir adelante.
Tal y como están planteadas las cosas, a pesar de que uno lleve colaborando años con una organización que transporta medicinas a los que no tienen acceso a ellas, o juguetes a niños sin recursos, sólo te cabía la satisfacción de haber hecho tu parte o, últimamente, la impotencia de no poder hacerlo más porque ahora es a ti a quien le hace falta una ayuda.
En España todavía son unos 3,5 millones de personas las que siguen colaborando con las entidades sin ánimo de lucro a pesar de la que está cayendo. Ya tienen mérito. Lo triste es que hay muchas más personas a las que les gustaría colaborar pero piensan que no se lo pueden permitir. No es verdad. FamilyApp puede hacer mucho por ellos.
Ahí es donde entramos nosotros. ¿Cómo lo hacemos? Casi como lo hacen las empresas o asociaciones que se dedican a las compras en grupo. Las entidades sin ánimo de lucro que se asocian a nosotros ofrecen a sus miembros la posibilidad de unirse a FamilyApp y nosotros, a cambio, conseguimos acuerdos exclusivos para ellos que se traducen en descuentos reales y directos en sus facturas mensuales.
Aquí no hay nada abstracto: por ayudar a Amigos de Silva o Farmacéuticos sin Fronteras, por ejemplo, puedes ver reducida tu factura de la luz, conseguir una tarjeta de regalo para tus compras, o un descuento a la hora de repostar gasolina. No hay que olvidar que FamilyApp no tramita las ayudas a las fundaciones. Estas organizaciones reciben las aportaciones de forma directa, nosotros no somos intermediarios. Sólo nos ocupamos de conseguir la justa recompensa que se merecen los que siguen al pie del cañón.
La solidaridad debe ser siempre un camino de ida y vuelta, y es ahí donde surge la idea de FamilyApp: nosotros ayudamos a los que ayudan. ¿Por qué? Para que los que siguen luchando no se rindan, para que no pare la cadena de favores, porque todos merecemos un apoyo. Porque somos familia y debemos echarnos una mano entre todos.
Guillermo Pardo Aguas es director general de FamilyApp.
