Publicado 12/06/2016 08:59

"Ladrillos de esperanza", el trabajo infantil en los ojos de Misiones Salesianas

Afghan girl works at a brick-making factory in Nangarhar
PARWIZ PARWIZ / REUTERS

   INDIA, 12 Jun. (Kollappalliyil Thankachan, Misiones Salesianas) -

   Se cree que en el trabajo infantil en la India, participan unos 60 millones de niños y niñas, los llamados "trabajadores ocultos" que hacen cualquier tipo de trabajo en la economía sumergida. Aunque el gobierno de la India y las instituciones garantizan una educación gratuita y obligatoria a todos los niños de edades comprendidas entre 6 y 14 años y prohíbe su reclutamiento, el problema sigue siendo una de las mayores plagas de este país.

   El largo camino a través de las vastas tierras de cultivos, está lleno a ambos lados de zonas de fabricación de ladrillos. Muchas personas trabajan en esas áreas, y viven en pobres chozas. Se trata de los inmigrantes pobres que vienen de las provincias vecinas. Hay cerca de 500 hornos de ladrillos en Pasahaur, distrito de Jhajjar (Haryana), a unos sesenta kilómetros de la capital, Nueva Delhi. Son la principal fuente de suministro de ladrillos para muchas provincias del norte del país, pero ninguno de estos trabajadores tiene un solo ladrillo para construirse una casa de verdad.

   La jornada de trabajo comienza temprano. A lo largo de la noche una nube de humo sale, de forma continua, de las chimeneas donde se cuecen los ladrillos. El humo se eleva, se convierte en una nube que quema los ojos y, a veces, también podemos ver pequeñas chispas, como cuando se pone hierba seca en el interior de un incinerador.

"EL CEREBRO SE NIEGA A ACEPTARLO"

   Ciertamente no es una cosa común ver a muchas personas, jóvenes y adultos, trabajando entre las dunas de barro para crear ladrillo. Y cuando vemos a niños menores de 10 años, esto nos afecta con amargura. El cerebro se niega a aceptar lo que está viendo: niños muy pequeños que con sus tiernas manos trabajan como expertos albañiles bajo el calor del sol, desde abril hasta mediados de junio.

   La fábrica de ladrillos se ha convertido en una especie de patio de recreo; cuantos más ladrillos produce un niño, más valor adquiere en el grupo de trabajadores. También hay otros niños en el área, pero son demasiado pequeños para hacer ladrillos. En su lugar, juegan en el polvo y el barro, y también hay un grupo de chicas que cuidan a los niños mientras la madres están en el trabajo. A veces hacen pequeñas pausas, pero observamos que la mayoría de estos jóvenes trabajadores están muy desnutridos.

   El Pasahaur Don Bosco ha tratado y está tratando de construir una aldea en la que poder ayudar a estos pequeños. Los misioneros salesianos queremos construir otro tipo de ladrillos. Ladrillos de esperanza para un futuro mejor. Estamos firmemente convencidos de que las condiciones de vida de las personas que viven en el área de Pasahaur podría mejorar si conseguimos punto de recogida de agua potable y con la construcción de refugios.

   Los misioneros salesianos tenemos la importante tarea de dar a estos niños y niñas, maltratados y víctimas de la injusticia, un futuro de alegría. Para ello, hemos planeado programas de sensibilización para mujeres y menores trabajadores, hemos creado un centro para los niños y niñas más desfavorecidos y ofrecemos educación y asistencia a los más necesitados.

   Estamos realizando un enorme esfuerzo para intentar resolver el problema de la explotación infantil en la zona. Dar un nivel de educación es uno de los objetivos principales de la campaña de liberación. Los niños y niñas son envidados a la escuela y se les redime de la condición de trabajadores explotados.

   La infancia no debe ser escondida bajo una nube de humo negro. El sueño de un niño es pasar el tiempo en un lugar donde haya paz y alegría, donde pueda aprender y disfrutar. Sin embargo, en algunos casos, esto se ve perturbado por la codicia y actitudes inhumana. La infancia se arruina en las fábricas de ladrillos, sus pequeñas y tiernas manos se utilizan para mezclar barro y agua, para empujar un carro y vaciarlo.

   Nuestra sociedad debe controlar a estos propietarios de las fábricas y dar a los niños una vida digna.

Kollappalliyil Thankachan misinero salesiano en India.