Munilla pide una Semana Grande donostiarra "llena de alegría, mesura y convivencia pacífica"

El obispo donostiarra, José Ignacio Munilla.
DIÓCESIS
Actualizado: lunes, 15 agosto 2011 13:04

Se pregunta si los jóvenes vascos son más parecidos a los de la JMJ que a los de Londres, y responde que "no hay que generalizar"

SAN SEBASTIÁN, 15 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha pedido la celebración de una Semana Grande "llena de alegría, mesura y convivencia pacífica", en la que "mantengamos vivo el recuerdo de los más pobres, especialmente de quienes padecen la hambruna en el Cuerno de África". De esa manera, ha deseado unas "felices fiestas" a todos los donostiarras y "a cuantos han venido de lejos".

Munilla ha realizado estas declaraciones en el transcurso de la homilía que ha ofrecido este lunes en la misa mayor, en la Basílica de Santa María en San Sebastián, que ha contado con representantes municipales, tales como el concejal del PP Iñigo Arkauz, la edil jeltzale Miren Azkarate y el concejal socialista Miguel Anjel Díez.

El Obispo ha centrado su intervención en los jóvenes, ya que las fiestas de este año "están teniendo una característica especial", por motivo de su coincidencia con los días previos a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

En este sentido, Munilla se ha preguntado si "son muy diferentes los jóvenes que estos días nos visitan, comparando con los actuales jóvenes de Euskadi" y si "los jóvenes de nuestra Tierra son más parecidos a los que han protagonizado los incidentes de Lloret del Mar y de Londres, o a los de la JMJ".

El Obispo, que ha reconocido que son unas preguntas "un tanto provocativas", con el objeto de "atraer la atención", ha destacado que, "por mucho que estemos en una cultura globalizada, no podemos caer en la tentación de las generalizaciones, no podemos meter a todos los jóvenes en el mismo saco".

"También entre nosotros, en el País Vasco, y en Gipuzkoa, tenemos jóvenes que acudirán a la JMJ de Madrid, y que se sienten en total comunión con estos jóvenes que nos visitan", ha añadido.

De esa manera, ha insistido en que "no hay que generalizar". "Muy al contrario, es del todo necesario conocer a nuestros jóvenes, sin adjudicarles previamente clichés de ningún tipo", ha indicado, para añadir que "el tú a tú es fundamental en nuestra relación con las nuevas generaciones, sin formular juicios gratuitos".

Si bien el prelado no ha negado que "se puedan hacer estudios sociológicos de las diversas tipologías juveniles", ha precisado que "habrán de hacerse con la máxima prudencia y con la conciencia clara de que cada persona es mucho más que una serie de datos clasificados y cuantificados".

En su opinión, lo que es "indudable", es que la juventud de la JMJ "nos está cuestionando por nuestras raíces religiosas". En ese sentido, ha explicado que entre ellos hay muchos latinoamericanos "a quienes nosotros llevamos la fe, hace quinientos años". "Pues bien, es obvio que a día de hoy, existe una fe mucho más viva en aquellos pueblos que en nuestra Tierra vasca", ha destacado, al tiempo que lo ha calificado de "paradoja".

JÓVENES VALORES CRISTIANOS

El Obispo de San Sebastián ha señalado que "es de justicia reconocer que los jóvenes de nuestra sociedad, por mucho influjo laicista que estén recibiendo, tienen más valores cristianos de lo que a primera vista quepa suponer", tales como "el sentido de la dignidad humana, el valor de la sinceridad y de la autenticidad, la solidaridad y el amor a la familia".

Pero, en este sentido, se ha preguntado "¿en qué se fundamentan esos valores de solidaridad, dignidad humana y autenticidad?" y si "¿los valores son culturales y coyunturales, o, por el contrario, son valores eternos, que se apoyan en Dios?". "El eclipse de Dios que padecemos en los países ricos, nos lleva al absurdo de vivir la vida porque sí, renunciando a la búsqueda de sentido", ha afirmado.

A su juicio, "nuestra sociedad es más creyente de lo que aparenta ser". Según ha dicho, para que "nuestros jóvenes crezcan en la fe, es necesario que construyamos una cultura más libre y menos relativista".

"Más libre, para que nada nos impida manifestar públicamente, en un ambiente de normalidad, nuestras convicciones espirituales y menos relativista porque, cuando se impone la cultura del 'todo da lo mismo' y no se reconoce ninguna verdad como definitiva, entonces todo es inestabilidad, desconcierto y conformismo con las modas", ha explicado.

Por último, ha señalado que "la mejor contribución que podemos hacer a la fe de las nuevas generaciones, es permanecer íntegros en las raíces cristianas que hemos recibido, sin avergonzarnos de ellas".