BILBAO, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
La consejera vasca de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantxa Tapia, ha urgido a "encarar" el problema de los elevados costes de la energía "con medidas de calado" que permitan superar la situación de "desventaja competitiva" de la industria vasca. En este sentido, ha censurado "la nula voluntad política" del Gobierno central, que "pone en juego la competitividad de las empresas y el futuro laboral de cientos de trabajadores".
En un artículo titulado 'Eficiencia energética para una Euskadi competitiva' y elaborado con motivo del Día Mundial de la Eficiencia Energética este 5 de marzo, la consejera señala que "la evolución del coste del barril del petróleo, la actual crisis del acero y de todo el sector siderometalúrgico y la falta de transparencia en los precios de la electricidad hacen que la competitividad de las empresas siga siendo un foco de preocupación prioritario".
Tapia subraya que "cualquier política pública que persiga el crecimiento y bienestar de un país y de su ciudadanía debe estar basada en el logro de la máxima eficiencia en todos los ámbitos", incluido el energético, y añade que, en el caso de Euskadi, "cuando hablamos de eficiencia energética nos enfrentamos a un reto de gran calado, máxime teniendo en cuenta las limitaciones de nuestros recursos propios y el consumo intensivo de la industria", sector que representa cerca del 24% del PIB del país.
No obstante, remarca que en el País Vasco se ha sabido "hacer de la necesidad virtud" y apunta que, desde que "hace 40 años las dos crisis del petróleo sacaron a la luz la debilidad energética de Euskadi, los diferentes gobiernos han ido activando sucesivas políticas en materia de energía que, con las lógicas adaptaciones, han evolucionado hasta la actualidad".
De este modo, Tapia destaca que Euskadi ha desarrollado un modelo propio de política energética "planificada", que "prácticamente lo ha convertido en una referencia" en su entorno más cercano. De este modo, señala que, a lo largo de más de tres décadas, la diversificación de fuentes de energía, las políticas de eficiencia, de desarrollo de renovables y de garantía de suministro han tenido "una importancia capital" para poder contar en la actualidad con "un sistema energético solvente".
Sin embargo, advierte de que a este recorrido "aún le quedan retos de gran trascendencia", entre ellos el de la eficiencia energética en el que la Administración vasca "no ha cejado en impulsar políticas de eficiencia en aras a una mayor competitividad de la industria vasca a través de la implementación de nuevas tecnologías, la sustitución de fuentes como el petróleo y el carbón por el gas natural y una continua renovación tecnológica en todos los sectores".
La consejera recuerda que "el esfuerzo" también ha abarcado otros ámbitos, con la puesta en marcha en los municipios vascos de planes energéticos, con "el acompañamiento" del Ente Vasco de la Energía, que están derivando en una mejora del consumo energético y un "sustancial ahorro" en las facturas. Según explica, 55 localidades, que abarcan a 55% de la población, "ya están implicadas en esta tarea".
También destaca la progresiva implicación de la ciudadanía en el reto de la eficiencia energética, una actitud se han "reforzado" con los planes Renove para sustituir equipamientos domésticos antiguos por otros más eficientes.
En términos generales, según explica, las políticas de eficiencia energética han logrado "frutos importantes", con ahorros equivalentes al 40% de la demanda energética vasca actual y un apoyo que se ha materializado en ayudas por valor de 67 millones de euro, "gracias a las cuales se han movilizado inversiones para la mejora de la eficiencia energética en todos los sectores por valor de 388 millones de euros".
Asimismo, remarca que el Gobierno vasco ha querido ser "ejemplarizante" con la aprobación un Decreto de Sostenibilidad Energética en edificios públicos, que contribuirá a avanzar en la transición hacia modelos energéticos más sostenibles. Con estas medidas de eficiencia, se prevé reducir el consumo en edificios, instalaciones y flota de vehículos públicos un 25% para el año 2025.
"CHOCA CON LA OTRA REALIDAD"
No obstante, Tapia lamenta que "todos estos esfuerzos para mejorar la eficiencia energética, la competitividad y el impulso del consumo responsable chocan frontalmente con otra realidad, la de los precios de la energía".
En este sentido, denuncia que los sectores productivos industriales de consumo intensivo soportan costes de electricidad "notablemente superiores" a los de sus competidores directos europeos ya que, en comparación con países como Francia y Alemania, la diferencia en costes asciende respectivamente a un 33% y un 27% más.
Esta situación, unida a caídas coyunturales de la demanda en la producción, representa, en palabras de la consejera, "un grave condicionante para la competitividad de estas industrias". "Mejorar sus condiciones de acceso a la energía se ha convertido, por lo tanto, en una prioridad competitiva", asegura.
De este modo, urge a "encarar este tema con medidas de calado que deben ser puestas en marcha con celeridad por quienes ostentan la responsabilidad máxima de velar por el futuro de su tejido productivo". Tapia plantea medidas como las ya implementadas en Alemania, "que cuentan con exenciones fiscales para sectores de gran consumo energético y que son estratégicos para su economía".
PRECIOS ELÉCTRICOS COMPETITIVOS
También alude a la implementación de una política energética estatal que tenga como prioridad el establecimiento de precios eléctricos competitivos en la industria, que permita "una seguridad normativa y una estabilidad" para que el tejido industrial pueda desarrollar su actividad en condiciones competitivas.
"En el caso de Euskadi, este Gobierno no descansa en presentar ante el Ministerio de Industria propuestas con medidas y alternativas concretas para que supere una situación de desventaja competitiva que afecta a la industria vasca", señala.
No obstante, censura, sus demandas "no están siendo acogidas por el Gobierno del Estado con la trascendencia y celeridad que requiere el tema", lo que evidencia "una nula voluntad política que, a la postre, está poniendo en juego no solo la competitividad de muchas empresas, sino el futuro laboral de cientos de trabajadores de Euskadi".
