Urra dice que "nunca" inducirá al suicidio y aboga por terapias que "convulsionen las entrañas del insensible"

Actualizado: lunes, 6 julio 2015 16:10

SAN SEBASTIÁN, 20 Ago. (EUROPA PRESS) -

El exdefensor del Menor de Madrid, el psicólogo Javier Urra, ha aclarado que "nunca" inducirá al suicidio, aunque ha abogado por que los violadores en serie, pederastas multireincidentes, psicópatas que no muestran arrepentimiento, ni culpabilidad lleven a cabo "terapia revulsiva, dolorosa emocionalmente, que convulsione las entrañas del insensible para que un día pueda reintegrarse a la sociedad y pedir perdón, un perdón profundo, crónico".

Urra ha remitido un comunicado a los medios de comunicación para aclarar las declaraciones que las declaraciones que realizó el pasado lunes en los Cursos de Verano de la UPV/EHU, en las que consideró que una "salida ética consigo mismos y con la sociedad" para violadores en serie o pederastas, conscientes de que "reincidirán en el dolor ajeno" tras cumplir con la justicia, "posiblemente sería el suicidio".

A su juicio, "hace falta, al igual que en parada cardiaca, una descarga en busca de la reacción". En ese sentido, ha recordado que durante los seis últimos años ha sido presidente de la Comisión Deontológica de los Psicólogos de Madrid y cuya Tesis Doctoral versó sobre 'Dilemas éticos de los psicólogos'.

Para Urra, aquellos violadores en serie, pederastas multireincidentes, psicópatas que no muestran arrepentimiento, ni culpabilidad, "que no sufren con las víctimas a las que tanto daño han causado, que te hacen saber que es posible que reincidan y que expresan que ya han pagado por la condena judicial", tienen que saber que "en la vida hay dilemas éticos y hay que enfrentarlos a ellos".

"¿Dañar a las demás víctimas inocentes o dañarse a sí mismos? Es esencial que sientan, que se sepan concernidos, que no se desresponsabilicen, que afronten su libertad, que musculen su voluntad", ha recalcado.

En esa línea, ha señalado que la búsqueda de la rehabilitación y la no reincidencia "exige ocasionalmente un 'shock', un enfrentarle contra su espejo, para que sepa que lo que hizo no puede repararse, que si alcanza a tener conciencia moral padecerá por no poder resarcir el daño".

El psicológo se ha mostrado "contrario radicalmente" a la pena de muerte y ha estimado que el suicidio "es un fracaso, una pérdida que debemos evitar". "Nunca induciré al suicidio, pero sí enfrentaré al ser humano con su libertad, seguiré trabajando con los agresores, pero sin olvidar a sus víctimas, también a las que todavía no lo han sido", ha recalcado.

"Acabemos con el buenísmo, con una intervención aséptica, enfrentemos al multireincidente con la verdad", ha afirmado, al tiempo que se ha mostrado convencido de que son necesarias "terapias en las cárceles, reconocimiento de lo hecho aunque de esta forma se enteren su esposa e hijos, terapia revulsiva, dolorosa emocionalmente que convulsione las entrañas del insensible para que un día pueda reintegrarse a la sociedad y pedir perdón, un perdón profundo, crónico".

Finalmente, ha asegurado que asume críticas, pero demanda "respuestas". "Tenemos leyes pero en gran medida y en algunos casos adolecemos de moral, de ética, de responsabilización ante lo hecho y, no se dude, las conductas son precedidas de pensamientos", ha concluido.