Actualizado: martes, 2 mayo 2017 18:44

La Fiscalía le considera autor de dos delitos de asesinato y pide que sea condenado a un total de 46 años de prisión

VIGO, 2 (EUROPA PRESS)

 

El juzgado de primera instancia e instrucción número uno de Ponteareas (Pontevedra) ha acordado abrir juicio oral contra Arturo D.S., el presunto autor del doble crimen de una pareja hallada muerta en un vehículo en Arbo a principios de julio de 2015, quien será juzgado por un jurado popular acusado de dos delitos de asesinato.

 

Entre tanto, se ha acordado mantenerle en situación de prisión provisional, comunicada y sin fianza, en la que se encuentra desde su detención, al "apreciarse riesgo de fuga"; así como requerirle que ingrese una fianza de un millón de euros para asegurar las eventuales "responsabilidades civiles y pecuniarias".

 

El hombre será juzgado en la Audiencia de Pontevedra acusado de los delitos de asesinato de su expareja Beatriz Rodríguez Mariño, de 30 años, y la nueva pareja de ella, Sergio Rodríguez Fernández, de 36 años, de los que sabía que estarían juntos en un lugar oscuro y a los que, "con intención de causarles la muerte, disparó a cada uno de ellos en la cabeza con una escopeta".

 

Tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaron en su momento la apertura de juicio por dos delitos de asesinato; mientras que la acusación popular, ejercida por la Xunta, pidió la apertura de juicio por un delito de asesinato. Las acusaciones entienden que concurre sobre ambos la agravante de aprovechamiento de lugar y tiempo, y, sobre ella, también la agravante de parentesco.

 

Asimismo, el abogado del Estado ha solicitado que el acusado indemnice al Estado en casi 12.000 euros, por ser la cantidad que abonó la Dirección General de Costes de Personal y Pensiones Públicas al padre del fallecido.

 

"POSESIVO Y CONTROLADOR"

 

Tal y como consta en el escrito de conclusiones del Ministerio Fiscal, el acusado mantuvo una relación de nueve años con Beatriz Rodríguez Mariño, con la que tuvo una hija --que contaba con nueve años de edad en el momento del crimen--, y ella finalizó la relación unos meses antes de su fallecimiento.

 

Tras ello, el hombre "insistía en reanudar la relación sentimental y la convivencia, tratando de mantener el contacto y frecuentando el lugar de trabajo de la mujer", sobre la que tenía "un carácter posesivo y extremadamente controlador y violento". Así, llegó a vigilarla escondido entre árboles, siguiéndola en automóvil, con un aparato de videograbación o bien sirviéndose de amigos.

 

Por su parte, Beatriz y Sergio iniciaron una relación sentimental "unos meses antes de que les arrebataran la vida", y sospechaban que estaban siendo vigilados por el acusado, quien manifestó en ocasiones a diversas personas que la chica "era para él o no era para nadie, y que mataría" a ambos.

 

El procesado era cazador experto y habitual, conocía perfectamente el uso de las armas de fuego y en su domicilio se encontraron cinco escopetas, tres rifles y una carabina. Además, había tenido armas de fuego no declaradas.

 

EL DÍA DEL CRIMEN

 

La Fiscalía mantiene que, sobre las 23,30 horas del 2 de julio de 2015, el acusado se presentó en el lugar de trabajo de Beatriz y le propuso que dejase su nueva relación e irse de vacaciones juntos, tras lo que se marchó. Al terminar de trabajar, la mujer quedó con Sergio y fueron juntos a un paraje escondido en un monte en las cercanías de Arbo.

 

Al ser de madrugada y encontrarse en el interior del automóvil en una zona boscosa y alejada del núcleo urbano, ambos pensaban que se encontraban en absoluta intimidad; no obstante, el acusado, "bien por haberlos seguido esa noche, bien por saber el lugar al que irían", acudió adonde ellos estaban.

 

De esta forma, siempre según el escrito de Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, Arturo D.S., "con el vil, egoísta, cruel e inhumano propósito de arrebatar la vida a Beatriz y a Sergio, les disparó en la cabeza con una escopeta a una distancia de entre un metro y medio y a bocajarro con la intención de matar".

 

Las víctimas "no tuvieron ninguna oportunidad de defenderse del ataque inesperado del acusado", quien sabía que "nadie vería el crimen ni podría ayudar a las víctimas", mantiene el fiscal, quien apunta que el tiempo hasta su detención, unas 21 horas, las utilizó Arturo D.S. para deshacerse del arma y del teléfono de Beatriz y eliminar rastros.

 

Por todo ello, el Ministerio Público solicita que se imponga al acusado la pena de 23 años de prisión por cada uno de los delitos de asesinato, la privación de la patria potestad respecto de su hija, e indemnizar a los familiares de las víctimas.

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