VIGO, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de lo Penal número uno de Vigo ha acordado la libre absolución de un trabajador que participó en la huelga del metal en 2009, Xosé Carlos Riveiro, para el que la acusación particular pedía tres años de prisión por supuestos delitos de daños, allanamiento y limitación del ejercicio de libertad sindical con el agravante del uso de violencia.
En su sentencia, la jueza declara como probado que en 2009, con motivo de la huelga general del metal, un grupo de 8 ó 10 personas acudieron a las instalaciones de una empresa, en las que entró uno de ellos "rompiendo cristales y la cámara de vídeo vigilancia", con lo que causó daños por 2.100 euros. Sin embargo, apunta que no consta la identidad del autor de estos hechos.
En este marco, mantiene que la acusación "califica los hechos de modo confuso e incluso contradictorio", y no ha presentado "prueba de cargo hábil e inequívoca", pues los testigos --agentes policiales y el denunciante-- llegaron al lugar después de lo ocurrido y "ninguno de ellos vio al acusado cometer los hechos".
De esta forma, aunque reconoce que hay "un elemento indiciario", ya que el acusado estaba presente en el lugar y sangraba por una mano, incide en que esto "no puede conducir a la conclusión plena de que fue el autor de los daños", y, por tanto, "por sí solo es insuficiente para sustentar una condena".
"Así las cosas, no hay prueba de cargo, y la presunción de inocencia no ha sido desvirtuada, por lo que procede la libre absolución", sella la jueza, que en cuanto a los supuestos de allanamiento y de daños confirma que los delitos estarían prescritos. "Sólo cabe la libre absolución del acusado con todos los pronunciamientos favorables", concluye.
El juicio por estos hechos tuvo lugar el miércoles de la semana pasada y, durante su celebración, numerosos miembros de la CIG permanecieron ante la sede judicial en apoyo a Xosé Carlos Riveiro. Allí, tildaron de "estupidez" que este caso haya llegado a juicio "por el ánimo de venganza de un empresario" y apuntaron a la intención de "amedrentar a los sindicalistas".
