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Furgón policial - EUROPA PRESS
Actualizado: sábado, 23 septiembre 2017 9:30

Siete víctimas son liberadas

IBIZA, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Policía Nacional ha detenido a tres miembros de una organización criminal de origen rumano dedicada a la explotación sexual de mujeres de su país, a las que engañaban para que viniesen a España y, una vez aquí, obligarlas a ejercer la prostitución en las calles de Ibiza.

En la operación, los agentes han liberado a siete víctimas, dos de ellas en España y otras cinco en Rumanía, según ha informado este sábado la Policía Nacional en un comunicado.

La organización captaba a mujeres jóvenes, procedentes de los estratos sociales y económicos más bajos de Rumanía, utilizando para ello varios métodos. Así, unas veces se utilizaba la figura del 'lover-boy' para viajar hasta España.

Otras veces eran mujeres las que las convencían, asegurándoles un trabajo digno que les permitiría mejorar considerablemente su nivel de vida.

Una vez en el país, eran acompañadas por otros miembros de la red hasta Ibiza, donde conocían que el verdadero motivo de su viaje era ejercer la prostitución callejera.

En ese momento les explicaban la rígidas reglas que tenían que seguir y cómo debían comportarse para captar clientes, disponiendo de "controladoras" que las vigilaban constantemente, incluso ejerciendo la prostitución con ellas para así fiscalizar todos sus movimientos y el dinero que ganaban con sus servicios.

Si las víctimas se negaban a prostituirse o decidían abandonar la organización, sufrían toda clase de amenazas y eran agredidas físicamente. No podían salir ni relacionarse con nadie que no fuera del mundo de la prostitución.

Además, si hablaban con la Policía eran enviadas de nuevo a Rumanía, donde también las tenían retenidas.

Tampoco les permitían mantener ningún tipo de relación sentimental y, si esto ocurría, la organización coaccionaba a sus parejas solicitándoles entre 10.000 y 15.000 euros para dejarlas libres.

Los agentes han podido constatar que todos los investigados mantenían un elevado nivel de vida a pesar de no desarrollar actividad laboral legal alguna.

El cabecilla de la organización había llegado a constituir su propia empresa en su país de origen gracias a los beneficios obtenidos de su actividad delictiva.

Durante la operación, los investigadores realizaron dos registros domiciliarios en Ibiza en los que intervinieron varios terminales móviles de última generación, resguardos de envíos de dinero a Rumanía, billetes de avión y diversos cuadernos con anotaciones relativas al control de las víctimas.

Uno de los resguardos de billetes de avión reflejaba la próxima llegada a Ibiza de uno de los miembros de la organización acompañado de otra joven, por lo que los agentes dispusieron el dispositivo para su detención.

Tras ser liberada esta nueva víctima, explicó a los policías que su captador le había prometido casarse con ella y viajar a Ibiza para disfrutar de unas vacaciones.

Por último, los avances en la investigación permitieron la liberación también de otra víctima que estaba siendo explotada por la organización en Ibiza y de cinco mujeres que aún permanecían en Rumanía, emitiéndose Órdenes Europeas de Detención para otros seis miembros de la organización afincados en dicho país.

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