Agua desde la niebla: un proyecto para salvar las comunidades fronterizas con el desierto del Sáhara

Recolección de agua en Marruecos
THOMSON REUTERS FOUNDATION/KHALID FAKHAR
Actualizado: domingo, 20 mayo 2018 6:43

   Un matemático marroquí levanta a los pies del Boutmezguida un extraordinario sistema de recolección hídrica

   SIDI IFNI, 20 May. (Fundación Thomson Reuters/EP) -

   Durante horas, todos los días y con frecuencia antes del amanecer, Jadiya Ghouate y otras mujeres de las aldeas cercanas al monte Boutmezguida, en el sur de Marruecos, lindando con el desierto del Sáhara, caminaban cinco kilómetros para buscar agua en pozos abiertos, acompañadas niñas que salían de la escuela para ayudar y con el peligro de convertirse en víctimas de robos o asesinatos durante estas largas caminatas.

   A principios de esta década su situación empeoró drásticamente por una combinación de factores -- abuso de los recursos hídricos, la sequía o el cambio climático -- que dificultaron enormemente el acceso al agua en la región hasta el punto de que más de la mitad de la población, bereberes en su mayoría, abandonaron la zona.

   Se abre no obstante una ventana a la esperanza en la figura del matemático Aissa Derhem, hijo de la zona, quien está desarrollando un proyecto casi sin precedentes en el mundo con esta envergadura: agua, a partir de niebla, con equipos manipulados casi exclusivamente por mujeres y tecnología de última generación que sirve de ejemplo para otros proyectos en todo el mundo.

   "Me gusta la niebla", declara Ghouate, madre de tres hijos. "Ya he dejado de hacer estas caminatas porque el agua ha llegado a nuestra casa", añade.

    El proyecto, que se ejecuta desde 2015 después de nueve años de encuestas y pruebas, ha sido fundado por la organización no gubernamental marroquí Dar Si Hmad, que trabaja para promover y preservar la cultura local, la historia y el patrimonio.

   Derhem, cuyos padres eran originarios del Monte Boutmezguida, donde las laderas están cubiertas de niebla en promedio 130 días al año, descubrió por primera vez la recolección de niebla cuando se enteró de uno de los primeros proyectos del mundo, en el desierto de Atacama en Chile, mientras vivía en Canadá en la década de 1980 estudiando para obtener su doctorado.

    Pero no fue hasta que visitó la aldea de sus padres, años más tarde, que se dio cuenta de que la ubicación de la montaña, situada en el borde del Sáhara, a unos 35 km del Atlántico, era perfecta para sus planes.

UBICACIÓN IDEAL

    La niebla se acumula en las zonas costeras donde se combinan una corriente de mar fría, un anticiclón y un obstáculo de tierra, como una cadena montañosa. "Cuando el agua del mar se evapora, el anticiclón ... evita que se convierta en lluvia, y cuando llega a la montaña, es donde se puede recoger", ha explicado Derhem a la Fundación Thomson Reuters, mirando desde la cima del Monte Boutmezguida, donde hay un pequeño edificio utilizado como observatorio de niebla y depósito de herramientas.

   "Si miramos el planeta, vemos que esto sucede en todas las regiones tropicales ... En Chile y Perú en América Latina. El desierto de Kalahari en África. En Australia Occidental. Alrededor del desierto de Thar en India y en California", mencionó, como ejemplos de una iniciativa que realmente comenzó en América del Sur en la década de 1980 y se ha extendido a nivel mundial a países como Guatemala, Ghana, Eritrea, Nepal y Estados Unidos.

   Pero nada parecido a lo que hay en Marruecos, donde Dar Si Hmad ha construido un sistema de redes de unos 870 metros cuadrados, casi diez campos de fútbol. Estas redes se cuelgan entre dos polos y, cuando el viento empuja la niebla a través de la malla, las gotas de agua quedan atrapadas, se condensan y caen en un contenedor en la parte inferior de la unidad con tuberías que conectan el agua con los depósitos.



    Derhem espera que el éxito del plan en el monte Boutmezguida pueda ayudar a otras áreas en África occidental y en el norte de África, donde la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) asegura que los recursos de agua dulce se encuentran entre los más bajos del mundo.

DESAFÍOS TAMBIÉN

    Los principios detrás de la recolección de niebla son simples, y en toda la naturaleza existen ejemplos de criaturas que capturan la humedad del aire en las condiciones más áridas, desde escarabajos en el desierto de Namib hasta lagartijas en el interior de Australia.

   Pero crear un proyecto de recolección de agua a gran escala implica desafíos, ya que la investigación y el desarrollo, así como la infraestructura y la tecnología involucradas en la expansión y el desarrollo de proyectos de recolección de niebla, pueden ser enormemente costosos.

    El proyecto en monte Boutmezguida, sin embargo, ha sido un pionero para otros proyectos debido a los equipos que emplean, de acuerdo con sus fundadores. Las redes originales utilizadas no eran suficientemente resistentes a los fuertes vientos y se rompieron, pero una asociación con la fundación sin ánimo de lucro WaterFoundation permitió a Dar Si Hmad desarrollar una red más fuerte.

   Se trata de CloudFisher: el primer colector de niebla sin mantenimiento que puede soportar velocidades de viento de hasta 120 kilómetros por hora con canales flexibles que siguen el movimiento de la red en el viento. Ahora el agua recolectada se filtra y se combina con agua subterránea antes de distribuirse a las aldeas de la red con casas que pagan agua a través de un sistema de prepago.

   "La niebla es como el principio de la aviación. Al principio solo eran pequeños juguetes pero, con cierto esfuerzo, las cosas han cambiado ... pero se necesita inversión", ha explicado Derhem, quien está convencido de que hay recursos básicos de sobra para explotarla.

   "A lo largo de la costa, hay tres veces más niebla que la que hay disponible en el Monte Boutmezguida. El Gobierno gasta millones en procesos de desalinización del agua. Esto es algo que vale la pena explorar."

   Porque con los pozos secos viene la ansiedad y el riesgo pero también la desaparición de los medios de vida y las comunidades tradicionales. Mohamed Zabour, presidente del municipio local, dijo que más del 60 por ciento de los habitantes de la región viven sin agua en sus hogares. Entre 2004 y 2014, 2.000 de los 5.000 residentes locales se mudaron a las ciudades.

   "Nuestra región es rica pero necesita infraestructura. Y el agua es una de las prioridades", ha lamentado Zabour. "Si no encontramos una solución en los próximos 10 años, va a ser una catástrofe... Va a ser como el resto del desierto. Vacío"

Leer más acerca de: