Actualizado: lunes, 28 septiembre 2015 20:58

BERLÍN, 28 Sep. (Reuters/EP) -

El Gobierno alemán planea destinar los 5.000 millones de euros de sus ingresos extraordinarios de este año a cubrir el coste de cuidar a los solicitantes de asilo en 2016 y ha prometido mantener el balance presupuestario.

El gran número de personas que han huido de la guerra y la pobreza en Oriente Próximo, Asia y África ha forzado al Ejecutivo a revisar sus planes presupuestarios. Según un borrador de presupuesto suplementario, el Gobierno pretende reservar sus altos ingresos provenientes de los impuestos y de la subasta de las licencias de telefonía móvil a un fondo especial.

El dinero sería liberado en 2016 para que el Gobierno y los 16 estados federales hagan frente al flujo de inmigrantes, que se prevé que alcancen los 800.000 solo en 2015.

El ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, ha aclarado que sigue pretendiendo mantener el balance presupuestario de 2015. Sin embargo, algunos diputados han cuestionado si esto será posible a causa del aumento de los costes asociados a la crisis de inmigrantes.

Este año no debería ser difícil alcanzar el objetivo gracias a la boyante economía que ha sido impulsada por los ingresos tributarios. No obstante, dado que las perspectivas para los próximos años son más inciertas, el gabinete deberá considerar un presupuesto suplementario el martes bajo un paquete de medidas más amplio para hacer frente a los solicitantes de asilo.

670 EUROS POR SOLICITANTE

De acuerdo a la ley de presupuestos de Alemania, los fondos no utilizados a final de año deberían usarse para pagar la deuda. En lugar de ello, el Gobierno quiere aplazar los ingresos extraordinarios hasta 2016 con la esperanza de sufragar los costes de la crisis, que van desde la vivienda social hasta el cuidado de los menores sin acompañantes, sin volver a caer en déficit.

La canciller alemana, Angela Merkel, anunció la semana pasada que el Ejecutivo pagaría a los estados 670 euros cada mes por cada solicitante de asilo que acogiesen.

La opinión pública se ha mostrado dividida por el aumento de los recién llegados. Unos les han dado la bienvenida de forma cálida, mientras que otros han expresado su preocupación sobre la capacidad de los solicitantes de asilo para integrarse.

El Gobierno está siendo presionado para que invierta más en la mejora de infraestructuras, pero, según el presupuesto suplementario, los ingresos extraordinarios serán dirigidos a la crisis de inmigrantes.

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