El baile de alianzas sigue dominando el debate electoral británico

David Cameron en campaña electoral
REUTERS
Actualizado: lunes, 4 mayo 2015 20:45

Cameron habría reconocido a Clegg que no logrará la mayoría absoluta pero estaría dispuesto a formar gobierno aún así

LONDRES, 4 May. (EUROPA PRESS) -

Los partidos británicos han intentado recuperar músculo programático a tres días de unas generales sobre las que las encuestas continúan anticipando un empate técnico que obligará al próximo inquilino de Downing Street a pactar para asegurarse las llaves de la residencia oficial.

La ausencia de mayorías absolutas que había marcado las elecciones de 2010 tendrá continuidad tras las de este jueves, de acuerdo con todos los sondeos, que ponen a los conservadores ligeramente por delante de los laboristas en número de diputados, por lo que las especulaciones sobre el baile de alianzas continúan dominando sobre los proyectos que prevén emprender desde el gobierno.

Como consecuencia, las dos formaciones con opciones reales de llevar a su candidato al número 10 intentaron esta jornada recurrir a sus referentes naturales para intentar consolidar su base electoral en un panorama en el que formaciones hasta ahora marginales en Westminster podrían ser clave para la estabilidad del próximo Ejecutivo.

Los 'tories' han fundamentado su apelación en el territorio en el que se sienten más cómodos, la política tributaria, sobre todo porque, según la demoscopia, el tándem formado por el aspirante a la reelección, David Cameron, y su mano derecha y ministro del Tesoro, George Osborne, continúa como el que más confianza genera entre los votantes para el manejo de las finanzas públicas.

Sus rivales, quienes no han logrado superar la reticencia ciudadana por su potencial irresponsabilidad en el gasto y su influencia en el empeoramiento de la crisis, se ha centrado en el Sistema Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés), uno de los factores totémicos en todo proceso electoral británico y principal baluarte del Laborismo.

POTENCIAL BLOQUEO

El intento, sin embargo, ha resultado eclipsado ante el magnetismo de un contexto sin precedentes que podría llevar a Reino Unido al bloqueo constitucional. El propio David Cameron habría confesado al vice primer ministro, el liberal-demócrata Nick Clegg, hace semanas que los conservadores no lograrían la mayoría absoluta, según confesó hoy en las redes sociales uno de los hombres de confianza del líder del partido minoritario de la coalición.

Cameron negó las alegaciones, pero las especulaciones más persistentes al norte del Canal de la Mancha mantienen que, una vez conocido el escrutinio, su estrategia será tomar la iniciativa de manera inmediata para presentarse como garante de la estabilidad, frente a la delicada tesitura de un Ejecutivo liderado por el laborista Ed Miliband con apoyos de otras formaciones como los nacionalistas escoceses.

A tres jornadas de las elecciones, la aritmética parlamentaria ha pasado a dominar el debate, ya que cada formación tendrá que establecer qué diferencia de diputados con respecto a sus contendientes les daría la legitimidad para intentar formar gobierno. De momento, los liberal-demócratas, quienes en 2010 habían sido la tercera fuerza, han avanzado que hablarán exclusivamente con quien obtenga más asientos en la Cámara de los Comunes.

De acuerdo con las encuestas, son los 'tories' quienes se dirigen a convertirse en la formación con el mayor número de parlamentarios, pero dada la debacle que la demoscopia le atribuye a sus actuales socios, la suma de escaños de los conservadores y los liberal-demócratas podría no ser suficiente para obtener la mayoría absoluta, lo que los obligaría a recabar apoyos puntuales de otras fuerzas como los unionistas norirlandeses del DUP e, incluso, los eurófobos del UKIP.

De obviar esta última posibilidad, quedaría la alternativa de que los laboristas, en conjunción con el Partido Nacional Escocés (SNP, en sus siglas en inglés), con el que Miliband ha descartado negociar, decidiesen tumbar al Gobierno mediante el bloqueo del denominado Discurso de la Reina, el fundamental paquete que avanza las perspectivas legislativas del año entrante y cuya aprobación significa en la práctica la continuidad de un Ejecutivo.

ESTRATEGIA DEL MIEDO

Esta perspectiva fue hoy de nuevo capitalizada por Cameron, quien no ha abandonado la estrategia del miedo a la pinza Laborismo-SNP, a pesar de que el candidato a apearlo del número 10 asestaba el pasado jueves un importante golpe táctico al asegurar que no pactaría con los nacionalistas escoceses ni para formar una coalición, ni para obtener su respaldo para proyectos legislativos fundamentales como el Presupuesto.

Destacando su perfil más institucional, el aspirante a la reelección subrayó que lo que el jueves está en juego "una decisión ineludible". "Yo liderando un gobierno fuerte y estable, o con él --Miliband--: el caos de ser rehén del SNP", una declaración que sugiere que aunque Cameron asume que su rival podría intentar formar ejecutivo, detecta un problema de legitimidad.

Como consecuencia, a la espera de conocer en las primeras horas del viernes la diferencia de escaños y tanto el grado de éxito del SNP como del fracaso liberal-demócrata, una de las opciones que se estaría manejando en la base de operaciones conservadora es la de formar gobierno incluso si éste no cuenta con la mayoría absoluta para el Discurso de la Reina, fijado inicialmente para el 4 de junio.

En este contexto, sólo una pinza entre el Laborismo y el SNP podría provocar la caída del Ejecutivo, lo que, sin embargo, amenaza con dejar a los primeros severamente tocados ante el electorado, si éste concluye que la maniobra representa un intento de tomar un control institucional que las urnas le negaron. Por si fuera poco, el movimiento necesitaría del respaldo de los nacionalistas escoceses, en quienes Miliband descartó apoyarse para llegar al Número 10.