Una madre lava a su hijo en un campo para desplazados de Mosul
SUHAIB SALEM/REUTERS
   
Actualizado: domingo, 28 mayo 2017 11:49

Actualmente hay más de 520.000 desplazados, 325.000 de los cuales viven en campos y centros de emergencia en tiendas de campaña y barracas

MADRID, 28 May. (EDIZIONES) -

Más de 700.000 civiles se han visto obligados a abandonar sus hogares desde que el pasado octubre las fuerzas iraquíes lanzaron su operación para arrebatar la ciudad de Mosul, la segunda de Irak, al grupo terrorista Estado Islámico. Aunque muchos ya han conseguido volver a las zonas liberadas, los que se encuentran aún desplazados se enfrentan a una nueva amenaza: el calor.

Según los últimos datos publicados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un total de 742.000 personas han huido de la ofensivas sobre Mosul desde que comenzó en octubre, de las que 566.0000 lo han hecho de la parte occidental de la ciudad, cuyo asalto se lanzó en febrero.

Del total, actualmente hay unos 531.000 desplazados, mientras que el resto han regresado a sus casas a medida que las fuerzas de seguridad han ido arrebatando terreno a Estado Islámico, que controla aún una zona en el oeste de la urbe donde está la Ciudad Vieja y donde quedarían unos 200.000 civiles.

Unos 377.000 desplazados viven actualmente en alguno de los campos y centros de emergencia creados ex profeso para darles acogida, mientras que el resto viven en comunidades de acogida y campamentos improvisados.

La huida se Mosul parece haberse intensificado y en la última semana fueron 73.000 los que escaparon de las zonas que siguen bajo el yugo de Estado Islámico. Según la OIM, el pasado 18 de mayo se registró un récord de 16.100 personas que pasaron por el punto de control en Hamam al Alil, el mayor dato diario desde octubre.

Para quienes no tienen un techo propiamente dicho sobre sus cabezas la llegada del calor estival se ha convertido en un nuevo obstáculo que superar. Actualmente las temperaturas rondan los 37 grados centígrados y en las próximas semanas se espera que alcancen los 50 grados, algo difícil de soportar cuando se vive bajo tiendas de campaña de PVC, donde la temperatura llega a ser de hasta diez grados más.

Las altas temperaturas también han modificado las pautas de huida, ya que ahora suelen producirse más con la caída del sol, tras lo cual deben caminar durante varias horas antes de llegar al puesto de control militar más cercano. Desde allí, son trasladados a la localidad de Hamam al Alil, al sur de Mosul, que se ha convertido en el principal punto de tránsito, además de acoger un campo para desplazados a plena capacidad.

"Cientos de miles de iraquíes desplazados de Mosul han escapado del conflicto pero ahora necesitan asistencia humanitaria para sobrevivir. Forzados a huir de sus casas y expuestos a los elementos, son especialmente vulnerables al calor del verano", dijo recientemente el director de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Irak, Thomas Lothar Weiss.

"El personal de la OIM está ofreciendo asistencia de emergencia a plena capacidad, pero hacen falta más fondos para cubrir las gigantes necesidades de la crisis de Mosul: cobijo, servicios médicos, bienes para el hogar, y más, sin lo cual los iraquíes seguirían estando en peligro", agregó.

AYUDA CONTRA EL CALOR

En Qayara, una antigua pista aérea, está uno de los centros de emergencia para desplazados que gestiona la OIM. En lugar de los 'kits' para sobrevivir al invierno, ahora se están repartiendo paquetes de ayuda para afrontar el calor y que incluyen neveras de 40 litros de capacidad, ventiladores con baterías recargables que siguen funcionando cuatro horas después de que se acaba la electricidad y coberturas de plástico con las que sustituir las alfombras.

Los resfriados típicos de los días de frío han dejado paso a la diarrea y la deshidratación, problemas que afectan sobre todo a los niños. Ahora, es menos frecuente verlos jugando fuera de sus tiendas. "Los niños podrían deshidratarse ya que juegan fuera o se olvidan de beber suficiente agua", advierte el doctor Ahmad al Shafei, que trabaja para la OIM. "Los problemas de saneamiento también contribuyen a la diarrea entre los niños", añade.

Lo cierto es que el agua y el saneamiento se han convertido en uno de las principales preocupaciones de las organizaciones humanitarias que trabajan en la zona.

Actualmente, en las zonas del oeste de Mosul liberadas se están distribuyendo 1,4 millones de litros de agua potable, mientras que en el este de la ciudad el reparto es de 3,1 millones de litros. Existe preocupación por quienes permanecen en la zona ocupada de la ciudad, ya que estarían consumiendo agua no apta y sin tratar.

Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la cantidad y la calidad de la comida que consumen los habitantes de Mosul se ha deteriorado como consecuencia de la operación militar.

En el caso del este de Mosul, ya liberado, aunque los mercados funcionan de nuevo los residentes tienen escasa capacidad de compra. Como consecuencia de ello, dependen de la asistencia alimentaria que reparten las organizaciones humanitarias.

En el caso de la parte occidental, las familias que quedan han optado por hacer menos comidas al día y en algunos casos estas se ven limitadas exclusivamente a pan y verduras.

Um Omar, que huyó esta misma semana de Estado Islámico, cuenta a la OIM que se quedaron sin comida y solo tenían para alimentarse "granos de trigo y las cáscaras que habíamos almacenado antes". Antes de escapar, la comida de ella y su familia se limitaba a heno hervido.

Otra mujer que ha conseguido escapar con sus hijos afirma que algunas familias que conoce se están alimentando cortando hierba y plantas silvestres para poder subsistir.

VACUNACIÓN CONTRA LA POLIO

Por otra parte, desde el Ministerio de Salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han llevado a cabo en la última semana una campaña de vacunación contra la polio de la que se espera que se beneficien 332.000 niños procedentes de Mosul y de otras zonas de la provincia de Nínive.

"Esta es una campaña de emergencia que busca reforzar el sistema inmune de los niños de Mosul que durante más de dos años han tenido acceso limitado a vacunas frente a enfermedades prevenibles, incluida la polio", ha explicado el respresentante de la OMS en Irak, Musani Altaf.

"El acceso y la alteración masiva de los servicios de salud en Mosul por el conflicto han privado a los niños de vacunas esenciales. Con más niños accesibles ahora, la OMS y sus socios están haciendo todo lo posible para mantener los logros realizados en los últimos años mientras se prioriza el estatus de Irak libre de polio", ha añadido.

El representante del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Peter Hawkins, ha defendido que "todos los niños tienen derecho a acceder a atención sanitaria de calidad, pero desgraciadamente los niños de Mosul se han visto privados de este derecho y de muchos otros durante demasiado tiempo".

"Ahora es el momento de actuar para garantizar que podamos apoyarles con atención sanitaria y otras necesidades urgentes, incluida educación, agua y saneamiento para que puedan volver a normalizar sus vidas rápidamente", ha añadido.

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