Rohingya esperan a cruzar la frontera con Bangladesh
REUTERS / REUTERS STAFF
Actualizado: miércoles, 13 diciembre 2017 15:42

GINEBRA, 13 Dic. (Reuters/EP) -

La vida parece haberse detenido en el estado birmano de Rajine, donde permanecen unos 180.000 rohingya temorosos después de que la violencia empujara a otros cerca de 650.000 a huir a Bangladesh, y donde sigue reinando la tensión, según ha contado este miércoles el director de operaciones del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Dominik Stillhart.

Según ha contado en Ginebra tras una visita de tres días a esta zona remota de Birmania, las continuadas tensiones entre las comunidades musulmanas y budistas están impidiendo que los comerciantes musulmanes reabran sus tiendas y mercados.

El CICR es una de las pocas organizaciones de ayuda que opera en Rajine después de la campaña de represión llevada a cabo por el Ejército birmano y que la ONU ha calificado de "limpieza étnica" en respuesta a la ola de ataques del 25 de agosto por milicianos rohingya contra puestos de seguridad.

"La situación en Rajine definitivamente se ha estabilizado, hay incidentes muy esporádicos, pero las tensiones son altas entre las comunidades", ha reconocido Stillhart. "Uno tiene la sensación, especialmente de que las dos principales comunidades están profundamente asustadas de la otra. Lo que me sorprendió es el hecho de que no solo las comunidades musulmanas están asustadas, sino también las demás", ha añadido.

Stillhart visitó Maungdaw, Buthidaung y Rathedaung en el norte de Rajine, donde el CICR está repartiendo alimentos, agua y otra ayuda a 150.000 personas. Para finales de año, el organismo espera alcanzar a los 180.000 rohingya que estima que quedan en esta región "políticamente sensible", entre los 300.000 que hay en Rajine, ha precisado.

"Cuando viajas por el campo y miras a ambos lados de la carretera, las localidades están completamente destruidas. Esto te da una idea de la escala de destrucción. También está este generalizado sentimiento de ausencia", ha explicado. "Es como si la vida se hubiera detenido, la gente no se mueve, los mercados están cerrados en Muangdaw", ha precisado Stillhart.

"El principal problema para las comunidades musulmanas en la actualidad no es que sean atacadas, o que haya incidentes", ha contado, sino el miedo y la incertidumbre, y "las muy limitadas posibilidades para acceder a sus propios medios de vida como campos, y especialmente mercados y servicios".

Por otra parte, Stillhart ha reclamado que los retornos deben ser voluntarios, después de que Birmania y Bangladhes hayan firmado un acuerdo para la repatriación voluntaria de cientos de miles de rohingya en los próximos meses.

"Pero por ahora, no vemos un movimiento de retorno significativo y no espero que veamos un retorno masivo próximamente", ha augurado, subrayando que unos 300 musulmanes huyen a diario, según datos de la ONU.

Más noticias