LA HAYA, 6 Dic. (Reuters/EP) -
Dominic Ongwen, un ugandés acusado de ser un comandante del Ejército de Liberación del Señor (LRA), se ha declarado no culpable de asesinato, violación y otros cargos este martes, argumentando ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) que él mismo fue una víctima del grupo guerrillero.
Ongwen, que dice que fue secuestrado cuando era un adolescente y obligado a luchar a finales de los años 1980, se enfrenta a 70 cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por ataques contra campos de refugiados en el norte de Uganda.
"En nombre de Dios, niego todos los cargos respecto a la guerra en el norte de Uganda", ha asegurado durante el primer juicio en el TPI relacionado con las atrocidades cometidas por el LRA de Joseph Kony. "Fue el LRA quien secuestró y mató a personas en el norte de Uganda y yo soy una de las personas contra las que el LRA cometió atrocidades", ha sostenido en su idioma natal, el acholi, usando un intérprete.
Los jueces han rechazado una petición de último minuto de los abogados de la defensa de aplazar la vista para una evaluación psicológica con el fin de determinar si Ongwen está preparado mentalmente para ser sometido a juicio.
Ongwen fue imputado por el TPI por crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad en 2005 junto con Kony, quien sigue en paradero desconocido, y otros hombres descritos como comandantes.
El LRA declaró la guerra contra el Gobierno del presidente ugandés, Yoweri Museveni, y logró fama por sus masacres, mutilaciones de civiles y secuestros masivos de niños para servir como combatientes y esclavos sexuales desde finales de 1980 en adelante.
Ongwen se entregó el año pasado tras una década a la fuga, argumentando que temía por su vida tras enemistarse con Kony. Los fiscales le acusan de ser el comandante de la brigada Sinia del LRA y de ser responsable de una serie de ataques contra civiles entre octubre de 2003 y junio de 2004.
Los cargos incluyen asesinato, intento de asesinato, violación, esclavitud sexual, matrimonio forzoso, tortura, esclavización, reclutamiento forzado de niños soldados, saqueo y persecución.
Tras la represión militar por parte de Kampala, el LRA abandonó Uganda hace alrededor de una década y ha deambulado por tierra de nadie entre República Democrática del Congo, Sudán del Sur y República Centroafricana desde entonces, eludiendo los esfuerzos internacionales para acabar con el grupo.
Según ha informado el TPI en un comunicado, el proceso continuará este miércoles con la intervención de los abogados de las 4.107 víctimas que participan en la causa. Tras ello, quedará aplazado hasta el 17 de enero de 2017, cuando la Fiscalía comenzará a presentar las pruebas en contra de Ongwen y a llamar a declarar a los testigos.