Cómics para alertar a las refugiadas rohingyas en Bangladesh sobre el riesgo de explotación sexual

Niñas rohingya en un campamento para refugiados de Cox Bazar
REUTERS / HANDOUT .
Actualizado: viernes, 22 junio 2018 16:11

PHNOM PENH, 22 Jun. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

Para una joven rohingya refugiada en Bangladesh, una oferta para trabajar en un resort turístico es un auténtico salvavidas, pero la realidad es que puede verse atrapada en un burdel y obligada a prostituirse. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha elaborado cómics para contar a las mujeres rohingyas la verdadera historia.

La OIM ha diseñado varios cómics basados en los testimonios de tres víctimas de explotación sexual. "Creemos que esto solo refleja una pequeña fracción de la cifra real de personas afectadas", ha indicado Fiona MacGregor, portavoz de la agencia de la ONU en Cox Bazar, donde se agolpan los refugiados rohingyas.

Uno de los cómic cuenta la historia de Mahira, una niña de ocho años de edad a la que su familia animó a aceptar un trabajo como niñera. Fue obligada a trabajar incontables horas en una casa cercana a la ciudad. Le pegaban cuando el bebé lloraba.

Alrededor de un millón de refugiados rohingyas viven en Bangladesh, a donde huyeron en masa el pasado mes de agosto para escapar de una campaña militar en Birmania que Naciones Unidas llegó a calificar de "limpieza étnica". Solo durante el año pasado, la OIM atendió a más de 70 víctimas de trata de personas.

Las mafias han arreciado su actividad criminal aprovechando el caos que ha generado la llegada del monzón. Las lluvias torrenciales han inundado los campamentos de Cox Bazar y ya se han cobrado la vida de dos refugiados, entre ellos un bebé. Las agencias humanitarias no dan abasto para responder a esta escalada de la crisis humanitaria.

MacGregor ha indicado que las mujeres están más expuestas a estas mafias que los hombres porque las ofertas de trabajo que reciben suelen ser como empleadas domésticas, mientras que las tareas de los hombres están fuera de casa, como campesinos o pescadores, a la vista de todo el mundo.

"Dado que gran parte de este trabajo se lleva a cabo a puerta cerrada, estas mujeres y niñas están especialmente asiladas" y, por tanto, "son vulnerables a la explotación física y en algunas ocasiones a abusos sexuales", ha señalado la responsable de la OIM.

En este contexto, es "vital" informar a la población refugiada sobre los peligros que acechan. "El cómic es una forma de llegar a la gente independientemente de que sepan leer o no y les muestra los riesgos que hay para que puedan entenderlos y puedan evitarlos", ha explicado MacGregor a Thomson Reuters Foundation.

No obstante, ha subrayado que todos los rohingyas están expuestos a abusos de algún tipo. En otro cómic, un hombre rohingya acepta un trabajo como marinero y termina atrapado en el contenedor de un barco en un país desconocido. Su familia podía oír sus llantos y gritos mientras sus secuestradores le golpeaban para conseguir el pago de un rescate.

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