Chicos gahneses juegan al fútbol
REUTERS / FINBARR O'REILLY
Actualizado: domingo, 1 octubre 2017 8:59

LONDRES, 1 Oct. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

Millones de jóvenes en todo el mundo sueñan con seguir los pasos de estrellas del fútbol rompe-récords como Neymar o Kylian Mbappé: jugar para uno de los mejores clubs de Europa, cobrar millones de dólares y llenar estadios hasta la bandera. Pero detrás de los fajos de billetes y los titulares en la prensa se esconde toda una red de explotación de jóvenes jugadores de países subdesarrollados, según aseguran los expertos.

Miles de chicos en el oeste de África se apuntan a academias de fútbol, renunciando a recibir una educación y gastando en ocasiones todos los ahorros de su familia, con el objetivo de poder cumplir su sueño de formar parte de uno de los principales equipos de Europa.

Sin embargo, muchos de ellos son dopados, trasladados al extranjero y timados por hombres sin escrúpulos que se hacen pasar por agentes y ojeadores de los clubs futbolísticos.

Tom Vernon, fundador de la academia Right To Dream (RTD) en Ghana y dueño del club danés de fútbol Nordsjælland, está en plena batalla por acabar con esta explotación, ofreciendo una ruta segura para los jóvenes jugadores africanos que sueñan con cumplir su sueño más allá del Mediterráneo.

Según Vernon, la educación es la clave, tanto en términos de estudiar como de ser consciente de los riesgos que supone mudarse al extranjero demasiado pronto.

"Es una batalla constante para evitar que la gente explote a los chavales", ha contado Vernon a Thomson Reuters Foundation. "Sin el apoyo de sus padres y una buena base educacional, a un jugador joven se lo van a comer entero, y eso sigue pasando casi todos los días", ha asegurado el antiguo ojeador de fútbol.

A principios de este año, el diario italiano 'Corriere della Sera' informó de que dos equipos de fútbol de Italia estaban siendo investigados por utilizar documentos falsificados para permitir que varios jugadores del oeste de África entrasen en el país de forma ilegal.

Estos jóvenes estaban entre los más de 15.000 jugadores que se van del oeste de África cada año como consecuencia de falsas promesas, de acuerdo con las estimaciones de la ONG Foot Solidaire, que no obstante ha apuntado que la falta de vigilancia podría implicar que el número real de jugadores de fútbol que son traficados sea mucho mayor.

Pero la explotación de jóvenes canteranos es un problema a nivel global. En los últimos años han salido a la luz varios informes sobre chicos de Liberia que han sido traficados a una supuesta academia de fútbol de Laos donde han quedado atrapados por las deudas, o sobre adolescentes en Brasil reclutados del Amazonas para una academia en Sao Paulo donde las condiciones distaban mucho de ser ideales.

DEL HOYO A LA CIMA

Vernon, un antiguo ojeador para el Manchester United, ha basado su academia en el modelo de becas para atletas que existe en Estados Unidos, en el que los jugadores continúan estudiando mientras entrenan a nivel profesional.

La institución, cuya sede está en Ghana, invierte cerca de 25.000 dólares al año en cada estudiante, lo que cubre su educación, entrenamiento, alojamiento, comida, viajes y equipamiento, de tal forma que muchos de sus jugadores obtienen becas para continuar estudiando en Reino Unido y Estados Unidos.

Las instalaciones de más de cinco millones de dólares --que incluyen una escuela, dormitorios y ocho campos de fútbol-- suponen un amplio contraste con el resto de academias futbolísticas que hay en África.

"La inmensa mayoría de los chavales vienen de familias que ganan menos de dos euros al día", ha contado Vernon. "De repente entran en un ambiente en el que comen cuatro veces al día en una escuela internacional con enormes campos de fútbol. Se trata de conseguir un equilibrio", ha añadido.

Fuera del césped, los canteranos se centran en asignaturas como ciencias naturales, ingeniería, matemáticas y robótica. "Nuestros chicos muestran un gran interés en las asignaturas de ciencias, porque las ven como una forma de ayudar a la sociedad de Ghana después", ha asegurado Vernon.

Sin embargo, la mayoría de los jóvenes que sueñan con ser futbolistas en la región no tienen tanta suerte y caen en manos de agentes corruptos que acaban con sus esperanzas. Según Vernon, muchos de estos adolescentes son víctimas fáciles para estos supuestos ojeadores, ya que proceden de contextos muy empobrecidos. "Para muchos de ellos los agentes son como sus salvadores, cuando en realidad no velan por los intereses de los chicos", ha explicado.

MÁS ALLÁ DEL FÚTBOL

Para Godsway Donyoh, un joven ghanés de 22 años, RTD ha significado un contrato con el Manchester City y después con el FC Nordsjælland en Dinamarca. Mientras que Donyoh cree que su traslado al equipo inglés de la Premier se produjo demasiado pronto --sólo tenía 18 años-- asegura que la educación que recibió le ayudó mucho a tener éxito.

"Mi padre me sentó y me dijo que antes de poder jugar al fútbol tenía que ir a la escuela", ha recordado Donyoh. El padre del futbolista le llegó a confiscar las botas de fútbol durante un mes como castigo por no sacar buenas notas en una ocasión.

La Asociación de Fútbol de Ghana (GFA), apoya el enfoque que tiene la RTD de "educación primero" y está trabajando con padres y la Policía para poner fin a las academias de fútbol que no están reguladas y que pretenden lucrarse con los canteranos.

"El modelo de RTD ha demostrado ser la mejor forma de ayudar al país y les da a los jugadores otras opciones en su vida si no consiguen convertirse en profesionales", ha dicho un portavoz.

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