MADRID, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un diplomático norcoreano ha sostenido este miércoles bajo condición de anonimato que el programa nuclear del país asiático no es un asunto negociable, rechazando los llamamientos de Estados Unidos y Corea del Sur para su desnuclearización.
"La desnuclearización no debería ser un objetivo de ningunas conversaciones futuras con nosotros", ha dicho el diplomático, miembro de la delegación norcoreana ante Naciones Unidas, según ha informado la emisora estadounidense Voice of America.
Así, ha reiterado el argumento de Pyongyang de que el país ha de contar con armas nucleares para disuadir la amenaza que supone Estados Unidos, al tiempo que ha dicho que su Gobierno "no tiene expectativas sobre una negociación debido a que Washington ha incrementado sus políticas hostiles" hacia el país.
En respuesta, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha rechazado los comentarios del diplomático recordando que "múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU reclaman a Corea del Norte que abandone sus armas nucleares y sus programas de forma completa, verificable e irreversible".
Hasta ahora Corea del Norte ha realizado tres ensayos con bombas nucleares, el último de ellos en febrero del año 2013. Estos ensayos le han costado a Pyongyang una serie de sanciones internacionales por violar las normas que prohíben la detonación de estos artefactos.
En enero, Pyongyang anunció su disposición a suspender los ensayos con bombas nucleares si Estados Unidos accede a cambio a poner fin a las maniobras militares conjuntas celebradas anuales con fuerzas militares surcoreanas, lo que fue rechazado por Washington.
Corea del Norte es muy crítica con las maniobras militares anuales surcoreano-estadounidenses, que se realizan en torno al mes de marzo y consideradas por Pyongyang un simulacro de invasión de su territorio. Sin embargo, Seúl y Washington mantienen que tienen un carácter meramente defensivo, para preparar la defensa ante un posible ataque norcoreano sobre Corea del Sur.
Las ofertas de Pyongyang para rebajar la tensión son relativamente frecuentes, pero el último acuerdo pactado con Washington, en febrero de 2012, fue incumplido apenas dos meses después. La propaganda norcoreana se refiere a su programa nuclear como la "espada sagrada".
