Niños rohingya en Rajine (Birmania)
SOE ZEYA TUN / REUTERS
Actualizado: jueves, 16 febrero 2017 11:13

RANGÚN, 16 Feb. (Reuters/EP) -

El Ejército de Birmania ha puesto fin a su operación de limpieza en el estado de Rajine, según han informado este jueves fuentes gubernamentales, lo que pone fin a una ofensiva de cuatro meses durante la que la ONU ha denunciado que se podrían haber producido crímenes contra la Humanidad y una posible limpieza étnica.

La operación de seguridad se lanzó después de que nueve policías murieran en ataques contra puestos de seguridad cerca de la frontera con Bangladesh el 9 de octubre pasado. Unos 69.000 rohigyas, una minoría musulmana del país, han huido desde encontes desde Birmania a Bangladesh, de acuerdo con las estimaciones de la ONU.

La violencia ha provocado críticas internacionales contra el Gobierno que lidera Aung San Suu Kyi, ya que se considera que la ganadora del Nobel de la Paz ha hecho poco por ayudar a los miembros de esta minoría, a los que se niega la nacionalidad birmana.

El Gobierno birmano ha negado casi todas las acusaciones de abusos de los Derechos Humanos en Rajine, incluido el asesinato masivo y las violaciones grupales de rohingya y ha dicho que la operación es una campaña contra la insurgencia legal.

"La situación en el norteño Rajine ya se ha estabilizado. Las operaciones de limpieza emprendidas por el Ejército han cesado, el alto el fuego ha sido levantado y solo queda una presencia policial para mantener la paz", ha señalado el nuevo asesor de seguridad nacional, Thaung Tun, en un comunicado difundido por la Oficina de la Consejera de Estado.

"No puede haber excusas para el uso excesivo de la fuerza, los abusos de los Derechos Humanos fundamentales y la criminalidad. Hemos mostrado que estamos listos para actuar donde hay una clara evidencia de abusos", ha señalado a un grupo de diplomáticos y representantes de la ONU.

Dos altos cargos de la Oficina del Presidente y el Ministerio de Información han confirmado que la operación militar en Rajine ha terminado, pero han aclarado que la fuerza militar permanece en la región para mantener "la paz y la seguridad".

El Ejército y la Policía han creado equipos separados para investigar los presuntos crímenes cometidos, después de que Suu Kyi prometiera investigar las denuncias de atrocidades contra la minoría musulmana por parte de la ONU.

Más de 1.000 rohingya podrían haber muerto durante la represión, según dijeron a Reuters la semana pasada dos altos cargos de la ONU que tratan con los refugiados que huyen de la violencia. Un portavoz presidencial birmano ha indicado que los últimos informes de comandantes militares cifran en menos de 100 los fallecidos en la operación.

Los rohingya se han enfrentado a discriminación en Birmania, un país de mayoría budista, desde hace generaciones y se les considera inmigrantes ilegales de Bangladesh, lo que les confiere derechos limitados. Unos 1,1 millones de ellos viven en condiciones similares al apartheid en el noroeste de Birmania.

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