BEIRUT, 28 Jun. (Reuters/EP) -
El Ejército de Siria se ha hecho este jueves con el control de la localidad de Al Harak, situada en la provincia de Deraa (suroeste), según ha confirmado el partido-milicia chií libanés Hezbolá.
La toma de la localidad ha tenido lugar en el marco de la ofensiva del Ejército en esta zona, controlada por los rebeldes, tras los avances del Ejército en los alrededores en los últimos días.
El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Londres e informantes en el país árabe, ha indicado en su página web que las tropas gubernamentales y sus aliados han entrado en la ciudad, si bien ha resaltado que los combates continúan.
Al menos 46 personas han muerto desde el miércoles como consecuencia de los ataques aéreos lanzados en zonas controladas por los rebeldes en esta provincia, según un balance del propio organismo.
Los aviones del régimen de Bashar al Assad han intensificado sus ataques en la parte suroeste de Siria en los últimos días, después de iniciar el 16 de junio una nueva ofensiva sobre uno de los últimos reductos controlados por la insurgencia. El Observatorio ha denunciado que tres hospitales han quedado fuera de servicio en los últimos días.
Entre las últimas 46 víctimas mortales figuran 17 personas --cinco de ellas niños-- que se refugiaban de los ataques en un sótano de la localidad de Al Musayfrah. En total, 93 personas han perdido la vida desde que comenzó el asalto, según el Observatorio.
La televisión estatal siria ha informado este jueves de bombardeos en Busra al Sham, en la parte este de la región de Deraa, y de la irrupción de las fuerzas del régimen en dos localidades más al noroeste. Damasco asegura que 450 rebeldes se han entregado y han depuesto las armas en Laja, una zona conquistada esta misma semana.
La ONU ya ha alertado de que unas 50.000 personas han tenido que abandonar sus hogares y de que la cifra podría llegar a superar las 200.000 si los choques continúan. Dichos desplazamientos podrían darse hacia otros puntos de Siria o hacia 'tierra de nadie' en la frontera con Jordania, que permanece cerrada desde hace dos años.
El principal negociador internacional de la oposición siria, Nasr al Hariri, ha lamentado el "silencio" de Estados Unidos sobre la ofensiva emprendida por el régimen de Al Assad en la parte suroeste, en la medida en que se trata de una de las zonas de distensión pactadas con Jordania y Rusia.
En este sentido, Al Hariri ha asegurado que solo un "pacto malicioso" podría explicar la falta de respuesta de Estados Unidos, que sí ha ayudado militarmente a los rebeldes en otras partes de Siria.
La semana pasada, la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, expresó la profunda preocupación" por las operaciones y acusó a Damasco de "violar" la 'zona segura' pactada en el área.
"Estados Unidos sigue advirtiendo tanto al Gobierno ruso como al régimen de Al Assad de las graves repercusiones de estas violaciones y reclama que Rusia contenta a las fuerzas favorables al régimen de nuevas acciones en esta zona", dijo.
ADVERTENCIA DE LA ONU
El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, advirtió el miércoles de que, si se produce una batalla a gran escala en el suroeste de Siria podría darse una situación que equivaldría a la vivida en Ghuta Oriental y Alepo "de forma combinada".
"Estoy muy preocupado por los últimos acontecimientos (en Siria), particularmente en el suroeste", dijo durante una comparecencia por videoconferencia ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
"Si el suroeste ve una batalla a gran escala, podría ser como Alepo y Ghuta Oriental combinados, en términos de la población en las zonas afectadas", manifestó, antes de recordar que "hay una ofensiva terrestre a gran escala, así como bombardeos e intercambio de disparos entre ambas partes".
De Mistura apuntó que "no se puede permitir que esto se convierta en nuevo Ghuta Oriental, Duma, Alepo Oriental o Alepo en general, donde tantos civiles fueron sacrificados y murieron". "Seamos conscientes de lo que esto significaría", solicitó.
"Pido a todas las partes, el Gobierno, los grupos armados y todas las partes interesadas, que aprendan las lecciones que todos aprendimos en Ghuta Oriental, Alepo y otras partes, y que usen los canales que existen para lograr acuerdos para evitar un mayor sufrimiento humano, proteger a los civiles y facilitar una salida de esta nueva tragedia en estos siete años de cruel conflicto", remachó.
