Actualizado: jueves, 12 noviembre 2015 17:42

NAIROBI, 12 Nov. (Reuters/EP) -

Las fuerzas kenianas (KDF) que combaten a las milicias islamistas de Somalia han obtenido 50 millones de dólares (unos 46 millones de euros) a través del cobro de impuestos al grupo terrorista Al Shabaab en su comercio ilícito de carbón y azúcar, según ha denunciado la ONG Periodistas para la Justicia de Kenia (JFJ).

"Las Fuerzas de Defensa de Kenia están implicadas en la exportación ilícita de carbón y azúcar desde el puerto de Kismayu, recaudan impuestos de 2 dólares por cada bolsa de carbón que deja el puerto y dos dólares por cada bolsa de azúcar cargada", según la organización.

Los organizaciones a favor de los Derechos Humanos aseguran que Al Shabaab y las autoridades de Jubalandia se han beneficiado del contrabando, dado que la milicia paga 1.050 dólares de impuestos por los 230 camiones que se estiman que salen de Kismayu para Kenia cada semana. Este negocio se valora entre unos 200 y 400 millones de dólares al año, lo que supone que las KDF se ha hecho con 50 millones de dólares.

El Consejo de Seguridad de la ONU prohibió las exportaciones de carbón desde Somalia en 2012 para detener el flujo de financiación de la organización terrorista. Sin embargo, la ONU y otros expertos han asegurado que el comercio continúa tras pasar por el puerto de Kismayu, en el sur de Somalia, donde las fuerzas kenianas tienen su base.

El azúcar también es importado a través de este puerto y pasado de contrabando a través de la frontera keniana, donde se vende sin pagar las altas tarifas que Kenia impuso para proteger su industria azucarera.

El informe asegura que la investigación incluye entrevistas con más de 50 personas con un "conocimiento íntimo" de las actividades de las KDF. Según estas, el contrabando tiene la protección y la cooperación de altos rangos militares y políticos.

CON EL ENEMIGO

"La supervivencia de Kenia depende de la capacidad del país para frenar la ola de inseguridad que los ataques de Al Shabaab han causado. El coste humano de estos ataques es muy alto, con más de 400 muertes en Kenia desde su incursión en 2012 en Somalia", ha recordado el director ejecutivo del JFJ, George Kegoro.

El Ejército ha negado las acusaciones emitidas en el informe 'Black and White: Kenya's Criminal Racket in Somalia', mientras que un portavoz gubernamental lo ha calificado de "basura absoluta" y ha añadido que mina el esfuerzo de Kenia por estabilizar Somalia, una nación asolada por el caos y la guerra durante más de dos años.

"Lo que estamos viendo es la deshonestidad intelectual maquillada de investigación", ha afirmado. Otro portavoz de las KDF, el coronel David Obonyo, también ha rechazado el documento al asegurar que "no es correcto ni está basado en hechos".

Las fuerzas kenianas fueron desplegadas en la vecina Somalia en 2011 para intentar detener los ataques en su país. Poco después, se unieron a los soldados de la Unión Africana, los cuales expulsaron en 2014 a Al Shabaab de muchos de sus feudos.

El grupo terrorista, que controló gran parte de Somalia hasta 2011, todavía controla varias zonas y continúa realizando ataques en la capital, Mogadiscio. También ha llevado a cabo incursiones en Kenia, donde en los dos últimos años ha matado a cientos de personas.

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