Actualizado: lunes, 23 noviembre 2015 21:48


PEKÍN, 23 Nov. (Reuters/EP) -

Las fuerzas de seguridad chinas han usado lanzallamas para obligar a más de 10 "terroristas" a salir de una cueva que usaban como escondite en la región de Xinjiang, según ha publicado este lunes el principal periódico militar tras la búsqueda de los llamados extremistas extranjeros por Pekín.

China ha afirmado este viernes que las fuerzas de seguridad han matado a 28 miembros de un grupo que llevó a cabo un ataque en una mina en Aksu en septiembre. El diario oficial 'People's Liberation Army' ha asegurado que la Policía había arrestado a los atacantes en las montañas "al igual que cuando las águilas descubren su presa". El diario también ha publicado que las fuerzas especiales usaron granadas y gases lacrimógenos para hacer que los atacantes salieran de su escondite.

"Usé el lanzallamas", ha declarado uno de los agentes del operativo, afirmando que lo hizo después de que los demás métodos fallaran. Tras esto, el periódico ha informado de que los terroristas escaparon de la cueva portando cuchillos y que después fueron "completamente aniquilados".

El Gobierno chino ha asegurado que se enfrenta a una grave amenaza por los milicianos del Estado Islámico y por los separatistas de la región de Xinjiang, en la frontera con Asia Central, donde cientos de personas han muerto en ataques violentos en los últimos años.

Los grupos defensores de los Derechos Humanos han declarado que China nunca ha presentado evidencias de la existencia de un grupo militar que operara contra el Gobierno. Además creen que gran parte de esta tensión está provocada por el control de la cultura y la religión de los musulmanes que residen en la región de Xinjiang.

"Los atentados de París dan a China una excusa política para utilizar lanzallamas y así tomar medidas contra los musulmanes Uigures, que están desarmados y que no tienen una protección legal", ha afirmado a través de un comunicado el portavoz del grupo exiliado Congreso Mundial Uigur, Dilxat Raxit.

Pekín niega que haya violado los derechos, aunque de momento impide la entrada a los periodistas extranjeros a la zona, una situación que hace difícil que se pueda poner en marcha una investigación independiente.

Funcionarios chinos aseguran que los desafíos en el área de seguridad se han incrementado debido al combate contra el terrorismo en el mundo. Sin embargo, los países de Occidente son reacios a cooperar con el operativo antiterrorista de China ya que, de esta forma, podrían implicarse en la violación de los derechos.

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