Bidzina Ivanishvili designa a sus candidatos para el nuevo Gobierno
DAVID MDZINARISHVILI / REUTERS
Actualizado: sábado, 8 octubre 2016 8:56


TÍFLIS, 8 Oct. (Reuters/EP) -

Georgia celebra este sábado unas elecciones parlamentarias cuya campaña se ha visto marcada por la violencia tras un atentado con coche bomba y un tiroteo que han puesto a prueba la estabilidad en la ex república soviética.

A día de hoy, una quinta parte del país sigue bajo el control de separatistas prorrusos que han conseguido imponer su presencia en un país situado en un lugar estratégico -- a medio camino entre Rusia y Occidente --, y donde la economía está experimentado un ligero repunte después de años de ralentización que ha minado la calidad de vida en el país.

De momento, las encuestas de opinión otorgan la victoria ajustada al partido del Gobierno, Sueño Georgiano, controlado por el hombre más rico del país Bidzina Ivanishvili, pero no descartan una sorpresa del principal grupo opositor, el Movimiento Nacional Unido (UNM), pendientes de la decisión de miles de votantes que todavía no han manifestado su intención de voto.

"Aquí nadie está seguro del ganador, pero esperamos una votación libre de fraude", ha declarado el experto en temas del Cáucaso del Carnegie Endowment for International Peace, Thomas de Waal.

El ambiente, sin embargo, es tenso. El pasado martes, el vehículo de un legislador de la oposición fue objeto de un atentado en la capital, Tíflis. El objetivo del atentado, el diputado Givi Targamadze resultó ileso, pero cinco transeúntes resultaron heridos.

Por otro lado, otros dos hombres resultaron heridos el pasado domingo durante un discurso del candidato independiente y ex ministro de Defensa Irakly Okruashvili, en la ciudad de Gori.

TRAS LA GUERRA

Georgia perdió una breve guerra contra Rusia hace ocho años y desde entonces mantiene un estatus dividido entre Moscú y Occidente. El deseo tanto de Gobierno como de oposición es el de cimentar los lazos con ambos bloques, tras el ascenso al poder de la coalición Sueño Georgiano, que lidera el multimillonario Ivanishvili, sucesor del polémico ex presidente Mijail Saakashvili desde 2012, en lo que se trató del primer traspaso relativamente pacífico de poder tras la disolución de la Unión Soviética.

Desde la llegada al poder de Sueno Georgiano se han ordenado los arrestos de decenas de antiguos funcionarios por cargos como abusos de poder, aunque varios países occidentales han acusado al Gobierno georgiano de efectuar estas detenciones de manera completamente partidista.

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