Milicianos huthis en Yemen
REUTERS / KHALED ABDULLAH
Actualizado: lunes, 29 agosto 2016 22:10

SANÁ, 29 Ago. (Reuters/EP) -

El autoproclamado Consejo de Gobierno yemení, formado por los rebeldes huthis, se ha mostrado dispuesto a reanudar las negociaciones de paz con el Ejecutivo de Abdo Rabbu Mansur Hadi, que cuenta con el respaldo de la comunidad internacional, pero se ha reservado el derecho a defenderse frente a los ataques de la coalición liderada por Arabia Saudí.

"No le hemos cerrado la puerta a las negociaciones", ha declarado Salé al Ammad, un líder de los rebeldes huthis. "Creo firmemente que existen intenciones reales por parte de la comunidad internacional de tratar de alcanzar la paz, y haremos todo lo que podamos para detener las agresiones y evitar el sufrimiento del pueblo yemení", ha añadido.

Las conversaciones, auspiciadas por Naciones Unidas fracasaron a principio de mes y desde entonces han proseguido los combates entre los huthis y las fuerzas leales al ex presidente Alí Abdulá Salé, por un lado, contra el Ejército yemení y sus aliados saudíes, por otro.

Las negociaciones se fueron a pique después de que los huthis y el Congreso General del Pueblo, liderado por Salé, anunciasen el 6 de agosto la formación de un Consejo de Estado, algo que va en contra de las resoluciones de Naciones Unidas sobre cómo resolver un conflicto internacional.

CONVERSACIONES DE PAZ

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, declaró la semana pasada que tanto Estados Unidos como los países del Golfo Pérsico y Naciones Unidas han formulado una propuesta conjunta para reanudar las conversaciones de paz con los rebeldes y poner fin al conflicto, mediante la formación de un "gobierno de unidad".

En un comunicado emitido este domingo, los rebeldes huthis aceptaron la iniciativa, pero apuntaron que necesitan recibir propuestas específicas. Sammad ha confirmado la posición huthi y ha explicado que están dispuestos "a estudiar de buena gana cualquier iniciativa que pueda acabar con la violencia y con el asedio".

No obstante, Sammad ha criticado a Riad, recordando que los saudíes rompieron el acuerdo al que ambas partes llegaron a principio de año. En dicho acuerdo se establecía que Arabia Saudí dejaría de realizar ataques aéreos y evitaría que las fuerzas leales al presidente Hadi, bombardeasen Yemen desde territorio saudí.

"Nos sorprendimos mucho cuando no cumplieron nada de eso", ha contado Sammad. "Es natural, cuando los ataques aéreos continúan y sufrimos unos 100 asaltos al día, y encima no tenemos aviones ni el tipo de armamento que ellos tienen, que los yemeníes sientan el derecho a defenderse a sí mismos", ha explicado.

"Sólo queremos que los saudíes sientan el mismo tipo de dolor y sufrimiento que los yemeníes sienten", ha apuntado Sammad, en referencia a los últimos ataques por parte de los huthis contra Arabia Saudí.

"TÍTERES" DE IRÁN

Arabia Saudí y sus aliados acusan a los rebeldes huthis de ser los títeres de Irán y han lanzado una campaña militar para restablecer a Hadi en el Gobierno. Los rebeldes huthis, a pesar de tener menos recursos y menos armamento, han resistido contra los ataques saudíes y se han aliado con Salé, que cuenta con el respaldo de la inmensa mayoría del Ejército yemení.

El Gobierno de Hadi, que se encuentra en el exilio, ha aplaudido la iniciativa de Kerry, pero ha apuntado que cualquier propuesta debe ser acorde a la resolución 2216 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que establece que los huthis deben retirarse de todas las ciudades que han ocupado desde el año 2014.

Los huthis y las fuerzas leales a Salé mantienen el control sobre la mayor parte de la mitad norte de Yemen y Saná, la capital, mientras que las fuerzas leales al Gobierno en el exilio controlan el resto del país, con la ayuda de tribus locales.

Más de 6.500 personas han perdido la vida desde que dieron comienzo los combates. Según la ONU, entre marzo de 2015 y el agosto de 2016 unos 3.799 civiles han muerto y otros 6.711 han resultado heridos como resultado de la guerra en Yemen, mientras que 7,6 millones de personas, incluidos tres millones de mujeres y niños, sufren malnutrición y al menos tres millones se han visto obligados a abandonar sus hogares. El 80 por ciento de la población necesita asistencia humanitaria urgente.

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