Actualizado: miércoles, 29 marzo 2017 20:18

OSLO, 29 Mar. (Reuters/EP) -

Las emisiones de gas con efecto invernadero de Noruega bajarán en 2020 hasta niveles equivalentes a los de 1990, según ha informado el Gobierno este miércoles. Esta nueva previsión deja atrás la idea inicial de llevar a cabo profundos recortes en una economía que lucha con altas emisiones de petróleo y gas.

La primera ministra noruega, Erna Solberg, ha declarado que las previsiones han mejorado desde que su Gobierno llegara al poder en 2013 beneficiado gracias al cambio provocado por los coches eléctricos. "Las previsiones muestran por primera vez un descenso en 2020", ha declarado el Gobierno en un comunicado.

Las emisiones de gases de efecto invernadero en Noruega fueron de 53,9 millones de toneladas en 2015 y el Ministerio de Finanzas pronosticó una disminución que rondaría los niveles de 1990, con 51,7 millones en 2020, cinco millones de toneladas menos de lo que se esperaba.

Sin embargo, el descenso proyectado queda lejos de los parámetros establecidos en el acuerdo internacional de la cumbre de Copenhague en 2009, en la que se acordó una reducción de al menos un 30 por ciento de cara a 2020 respecto a los niveles de 1990, año de referencia para la acción mundial.

En este momento, Oslo deja abierta una opción para disminuir los niveles ayudando a los países en desarrollo a reducir sus emisiones, pero no dice que estos recortes tengan que producirse en casa.

Noruega ha sido el país desarrollado más generoso a la hora de proporcionar ayuda a las naciones emergentes para combatir la deforestación y evitar la pérdida de una importante fuente de dióxido de carbono en Brasil e Indonesia, con proyectos de mil millones de dólares para cada país.

Según el Acuerdo de París de 2015, Noruega planea reducir las emisiones de gas un 40 por ciento de cara a 2030, coincidiendo con los objetivos de la Unión Europea. El objetivo se ha mantenido a pesar del anuncio de retirada del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Algunos ecologistas han afirmado que Solberg está haciendo malabarismos con los datos para dar la impresión de progreso. Nina Jensen, del grupo WWF, ha dicho que el Gobierno está retrasando los límites prometidos de cara a 2030.

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