Dos niños juegan en un coche destruido en Taiz
KHALID AL-SAEED / ICRC
Actualizado: miércoles, 14 junio 2017 14:06

Según el CICR, estos tres países registraron casi la mitad de civiles muertos en conflictos en el mundo entre 2010 y 2015

MADRID, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -

La urbanización de los conflictos armados, especialmente en casos como los de Siria, Irak y Yemen, está teniendo como resultado un incremento en el número de víctimas civiles, hasta el punto que las ofensivas en zonas urbanas dejan cinco veces más muertos que otro tipo de enfrentamientos, según ha denunciado este miércoles el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Según los datos incluidos en el informe 'Vi morir a mi ciudad' publicado por el CICR, entre 2010 y 2015 el número de muertos en estas tres guerras representó casi la mitad de todos los civiles que perdieron la vida en conflictos armados a nivel mundial. Así, de las 90.000 muertes relacionadas con conflictos que se estima que hubo al año en dicho periodo, Irak, Siria y Yemen contabilizaron unas 42.000 muertes, lo que representa el 47 por ciento del total.

"Nuestras investigaciones indican que, durante los últimos tres años, las guerras urbanas causaron el 70 por ciento de todas las muertes de personas civiles en Irak y Siria, un porcentaje escalofriante", ha denunciado el director regional del CICR para Oriente Próximo, Robert Mardini.

Según el responsable del CICR, este dato "ilustra el altísimo grado de destructividad que han alcanzado estos enfrentamientos". En este sentido, ha subrayado que "la situación se torna cada vez más alarmante a medida que se lanzan nuevas ofensivas en ciudades como Raqqa, en Siria, o se intensifican las hostilidades en Mosul, en Irak", dos bastiones del grupo terrorista Estado Islámico que distintas fuerzas están tratando de recuperar.

"Está haciendo su aparición una nueva escala de sufrimiento en las ciudades, escenarios en los que nadie ni nada se salva de la violencia", ha denunciado Mardini. Según datos recogidos por el informe, los civiles suponen el 92 por ciento de los muertos y heridos por el uso de armas explosivas en zonas pobladas, frente al 34 por ciento de víctimas cuando su uso se produce fuera de las ciudades.

USO FRECUENTE DE LA GUERRA URBANA

Aunque la guerra urbana no es nada nuevo, su uso hoy en día "se ha hecho demasiado frecuente y destructivo", ha lamentado Mardini, advirtiendo de que ello "crea resentimientos profundos y conlleva el potencial de generar ciclos de violencia".

Pero ¿por qué provoca tantas víctimas civiles? En la introducción al informe, que recoge los testimonios de residentes en ciudades como Alepo (Siria), Mosul (Irak) o Taiz (Yemen), Mardini trata de abordar los principales motivos para ello, apuntando a la "generalizada falta de respeto del Derecho Internacional Humanitario (DIH)" como una de las principales razones.

Pese a que este derecho protege a quienes no participan en las hostilidades y limita los métodos de guerra, lo cierto es que tanto los civiles como hospitales y escuelas "son atacados" y "no se toman precauciones constantes para proteger a la población", lo que tiene "consecuencias devastadoras", ha resaltado.

El hecho de que los hospitales y centros de salud se hayan convertido en objetivos, junto a la falta de personal y medicamentos, también contribuye a que el número de civiles muertos sea elevado, ya que "a menudo los heridos o enfermos no pueden obtener la asistencia de salud que necesitan", ha incidido Mardini.

Otro de los motivos es el tipo de armas que se emplean y la forma en que se usan en zonas densamente pobladas. "El uso del bombardeo aéreo y de la artillería pesada en zonas civiles sigue siendo la norma en la guerra contemporánea", ha lamentado.

RECUPERACIÓN DEL ASEDIO

Además, Mardini ha constatado que se ha recuperado una "forma de guerra antigua: el asedio". "Tanto las partes asediadas como los sitiadores ponen en riesgo a los civiles, haciendo peligrar su
vida, su bienestar y su dignidad", ha denunciado, subrayando que en algunos casos en Oriente Próximo se han visto "asedios más prolongados que los de Leningrado o Sarajevo".

Ante este panorama, según el CICR, no es de extrañar que los conflictos en estos tres países hayan ocasionado niveles de desplazamiento interno y de migración nunca vistos desde la Segunda Guerra Mundial. En total, más de 17 millones de iraquíes, sirios y yemeníes han huido de sus hogares, lo que supone casi una cuarta parte de los 65 millones de desplazados a causa de conflictos y persecuciones.

Uno de los motivos que empuja a estas personas a huir son los "devastadores efectos" que los ataques urbanos tienen en las personas, ya que dañan el sistema de agua y saneamiento, el tendido eléctrico o los hospitales, dejándoles sin servicios básicos y obligándoles a "vivir en una atmósfera de temor" y ocasionándoles "estrés traumático que hace que les resulte extremadamente difícil reconstruir su vida, conservar el trabajo o salir de los ciclos de violencia", ha precisado Mardini.

Pero, "tal vez los mayores costos de la guerra urbana ni siquiera puedan medirse", ha subrayado, citando a "los niños privados de educación y de su niñez", las "comunidades fragmentadas por los traumas, la desconfianza y el odio", "el personal calificado que deja el país" o "los jóvenes que participan en la violencia".

"LOS QUE TIENEN PODER DEBEN ACTUAR"

Frente a todo ello, Mardini ha sostenido que "los que tienen poder para actuar tienen el deber de hacerlo". "Las partes beligerantes deben tener en cuenta la magnitud real del impacto que los enfrentamientos tienen en las poblaciones a las que, en última instancia, aspiran a gobernar", ha agregado.

"¿Podrán los vencedores mantener la paz, si las personas sienten que no han respetado ni el derecho ni la humanidad básica de los ciudadanos locales?", se ha preguntado, advirtiendo de que "las consecuencias de esta violencia se harán sentir por generaciones y existe el peligro, muy real por cierto, de que las ciudades que hoy experimentan estos conflictos funcionen como incubadoras de nuevas situaciones de violencia en el futuro".

Por otra parte, ha reclamado que los estados que apoyan a las partes en los conflictos deben "hacer todos los esfuerzos posibles por refrenar a sus aliados y promover un mayor respeto del Derecho Internacional Humanitario". "Y, una vez acalladas las armas, son las personas y las organizaciones locales quienes deben desempeñar un papel preponderante en la reconstrucción de las comunidades", ha añadido Mardini.

"La escala y el alcance de los conflictos urbanos de hoy no se pueden pasar por alto: se necesita un compromiso urgente y duradero de todos, las partes beligerantes y los estados que las apoyan, la comunidad internacional, las organizaciones humanitarias, los donantes y los ciudadanos comunes de todo el mundo", ha remachado el responsable del CICR.

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