Haití: Sobrevivir al terremoto y salir adelante

Plan Internacional en Haití
Foto: (PLAN INTERNACIONAL / FRANTZ JEAN)  
Actualizado: martes, 13 enero 2015 11:07

MADRID, 13 Ene. (John Chaloner, director de Plan Internacional en Haití) -

   El presidente norteamericano John F. Kennedy solo era un hombre y, sin embargo, la gente suele acordarse dónde estaba el día que le asesinaron y hablar de ello es una forma común de romper el hielo en una mesa. El 12 de enero de 2010 un enorme terremoto devastó Haití y el 24 de enero ya se habían registrado al menos 50 réplicas.

   Alrededor de 3,5 millones de personas se vieron afectadas por el seísmo y más de 220.000 personas perdieron la vida por el desastre. Todo el mundo en Haití recuerda dónde estaba aquel horrible día.

   Para poner un poco más a prueba a la población, en octubre de 2010 comenzó una epidemia de cólera que hasta la fecha ha matado a 8.562 personas y ha infectado a otras 700.000. Haití no había sufrido cólera en los últimos 100 años. El país no estaba preparado para responder, y mucho menos durante la emergencia tras el terremoto.

   Las tormentas tropicales 'Isaac' y 'Sandy' también golpearon el país, en agosto y octubre de 2012 respectivamente, dificultando la respuesta al terremoto, provocando más fatalidades y dejando amplias zonas del país ahogadas por el agua.

EL PAISAJE HA CAMBIADO

   Sin embargo, cinco años después, el paisaje ha cambiado en Haití. No se puede decir que el país más pobre del hemisferio occidental, incluso tras enormes donaciones de dinero, se parezca hoy a Dubai, pero, después de tres años de gobierno relativamente estable, hay varias  diferencias.

   La mayor parte de los 19 millones de metros cúbicos de escombros generados por el terremoto han desaparecido. Más de un millón de personas, el 10 por ciento de la población de Haití, que perdieron su casa tras el desastre han sido realojados tras vivir en duras condiciones en campos de refugiados.

   Las carreteras, especialmente en la capital, Puerto Príncipe, han sido reparadas y muchas pavimentadas por primera vez durante este tiempo. Las casas dañadas por el terremoto han sido reconstruidas y los pequeños negocios se han multiplicado. Se han construido muchos hoteles de cadenas internacionales y tenemos algunos supermercados. El colapso del sistema educativo, con la mitad de las escuelas afectadas por el terremoto, se ha revertido y hoy hay más niños y niñas en la escuela que nunca, al menos en primaria.

RESPUESTA EXTRAORDINARIA DE LOS HAITIANOS

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Foto: (PLAN INTERNACIONAL)  

   Por supuesto que el Gobierno de Haití, las enormes cantidades de dinero, los donantes, las agencias de la ONU y las ONG y otros grupos de ayuda han contribuido a la recuperación hasta la fecha, pero, como suele pasar en estas enormes crisis, ha sido la gente común la que ha demostrado una respuesta extraordinaria.

   Los jóvenes haitianos fueron los primeros en responder a la emergencia tras el terremoto. Se organizaron rápidamente para sacar a la gente atrapada en los escombros y para buscar ayuda médica de manera inmediata.

   Las familias haitianas que habían salvado sus hogares invitaron a otras familias que no tenían a donde ir a refugiarse en sus casas y jardines y les ofrecieron colchones, comida y refugio.

   Las mujeres se organizaron en los barrios para distribuir cualquier tipo de suministros de socorro a los más necesitados, mientras que los hombres proporcionaban seguridad. La lista de héroes locales es muy larga.

RETOS

   Aún quedan muchos retos. Haití ha sufrido gobiernos pésimos, y a menudo brutales, durante décadas y muchos haitianos han tenido que salir del país para buscar mejores oportunidades en cualquier otro lugar.

   Durante los últimos cuatro años, cerca del 80 por ciento de las personas de mi equipo que han tenido hijos han elegido mandarlos a Estados Unidos o Canadá, no por los servicios sanitarios de Haití en sí, sino por garantizar a sus hijos una nacionalidad alternativa y mejores oportunidades de futuro.

   El país continúa en situación de pobreza, con un sistema educativo frágil, unos servicios sanitarios caros y altas tasas de desempleo. El mantra que repite el Gobierno es "Haití está abierto para los negocios" y de hecho lo está, pero los servicios son escasos, especialmente el suministro eléctrico, y con algunas de las carreteras en malas condiciones, lo que impacta de forma negativa en una economía eminentemente agraria.

   Uno de los puntos positivos del terremoto ha sido el fin del sistema telefónico fijo y la introducción de la tecnología móvil, popular y muy extendida. ¡El parloteo también existe en Haití y no solo en los salones del mundo occidental!

   No obstante, el gran reto sigue siendo la gobernabilidad y la construcción de confianza en el trabajo del Gobierno. En un mundo en el que la fe en los políticos está en sus horas más bajas, Haití se enfrenta a otra lucha cuesta arriba.

HISTORIA INCREÍBLE

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Foto: (PLAN INTERNACIONAL/ DANIEL MORELl)  

   Pero Haití sobrevive y su gente sale adelante. No olvidemos que este precioso país tiene una historia increíble. En 1804 se convirtió en la primera república negra independiente del mundo, haciendo frente al colonialismo en distintas épocas y expulsando a las fuerzas invasoras de Francia, Reino Unido y España; sus toneladas de lucha son aún hoy visibles para todo el mundo.

   La ciudadela, una gran fortificación construida en el norte del país tras la independencia y acabada en 1920, por si los franceses volvían para vengarse, es la evidencia tangible de su historia y una demostración del carácter de la gente de Haití.

   Cuando vuelvo al pequeño pueblo británico en el que vive mi familia, se me suele acercar gente de allí que, con preocupación en sus caras, me preguntan cómo están las cosas en Haití hoy.

   Mi respuesta ahora es que deben darse cuenta de que Haití es una isla del Caribe y que muchos norteamericanos y europeos van de vacaciones y pagan un buen dinero para pasar una o dos semanas viendo y aprendiendo sobre la historia del país, admirando los espectaculares paisajes y tomando el sol en las playas. Sus atributos han forjado personas acostumbradas a hacer frente a las adversidades, por eso hay esperanza.

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