Actualizado: miércoles, 22 marzo 2017 6:36

MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este miércoles que el grupo yihadista Estado Islámico ejecutó a cientos de detenidos y arrojó sus cadáveres a un pozo natural en los alrededores de la localidad iraquí de Mosul.

La organización ha señalado en un comunicado que "múltiples testigos" han afirmado que los cuerpos fueron arrojados en un lugar conocido como Jafsa, tras lo que Estado Islámico colocó minas en la zona antes de retirarse de la misma a mediados de febrero.

"Esta fosa común es un símbolo grotesco de la conducta cruel y depravada de Estado Islámico, un crimen de una escala monumental", ha dicho la subdirectora de HRW para Oriente Próximo, Lama Fakih.

"Colocar minas en la fosa común es claramente un intento por parte de Estado Islámico de maximizar el daño a los iraquíes", ha agregado.

Por ello, HRW ha reclamado al Gobierno iraquí que valle el lugar para proteger la fosa común hasta que los artificieros puedan desminar la zona, solicitando además que sea convertida en un monumento en memoria a las víctimas.

Los residentes consultados por la organización han apuntado que el agua corre por la zona inferior del pozo, lo que dificultará la exhumación de los cuerpos.

El lugar es una de las decenas de fosas comunes de Estado Islámico entre Irak y Siria, si bien HRW ha indicado que podría ser la de más tamaño localizada hasta la fecha. Estimaciones realizadas por los relatos de residentes apuntan a que podría haber miles de cadáveres.

Las fuerzas iraquíes tomaron el control del lugar en febrero de 2017. Una bomba casera colocada en la zona provocó la muerte de la periodista kurda Shifa Gardi y tres miembros de las fuerzas de seguridad a finales de ese mes.

HRW ha indicado que visitó el lugar el 7 de marzo, si bien no inspeccionó el pozo de cerca debido a la presencia de explosivos.

La organización ha indicado que algunos de los ejecutados podrían haber sido detenidos en la prisión de Badush, situada diez kilómetros al oeste de Mosul, en la que Estado Islámico ejecutó a cerca de 600 reos chiíes.

Las fuerzas iraquíes hallaron el 11 de marzo una fosa común a unos dos kilómetros de la prisión de Badush en la que habría entre 500 y 600 cuerpos, de los que han sido exhumados cerca de 400.

Fakih ha subrayado que "si bien el fuerte deseo de exhumar los restos de los seres queridos de las fosas comunes de Estado Islámico es comprensible, hacerlo de forma precipitada daña las opciones de identificar a las víctimas y presentar pruebas".

"Si bien la exhumación de los restos de los asesinados en Jafsa podría ser difíciles, las autoridades deben hacer lo posible para garantizar que los que perdieron a sus seres queridos tienen acceso a la justicia", ha remachado.

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