MADRID, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio de Exteriores israelí ha condenado el último informe de Amnistía Internacional, en el que la ONG acusa a Israel de tener el "gatillo fácil" con los palestinos, y ha asegurado que la organización "distorsiona" la realidad mediante un análisis "sesgado" al servicio de la "propaganda".
El Gobierno de Israel ha asegurado en un comunicado que el informe "reúne de forma selectiva datos no contrastables y con frecuencia contradictorios". Estos datos, ha advertido, proceden "de fuentes con motivaciones políticas" y se presentan "como hechos indiscutibles".
El Ministerio de Exteriores ha querido utilizar la "lógica sesgada del informe" para ironizar con que, según el baremo de Amnistía, los ataques de los palestinos contra israelíes suponen "poca o ninguna amenaza" para sus vidas, a pesar de que puedan llegar a abrir fuego contra soldados. En cambio, cuando se trata de Israel, hablan de "homicidio intencionado" o incluso "crimen de guerra".
En su nota, el Ministerio israelí ha instado a la ONG a darse un "baño de realidad" y ha recordado que en 2013 se produjeron "5.000 casos de lanzamiento de piedras" por parte de los palestinos con 132 heridos. En el mismo período, ha añadido, "un número considerable de israelíes fueron víctimas de disparos, apuñalamientos y de otros ataques".
Israel ha hecho hincapié en que no todos los palestinos son "manifestantes pacíficos" o "defensores de los Derechos Humanos", como aseguraría Amnistía Internacional. En este sentido, ha criticado que se olvide de mencionar a los "terroristas" de Nabi Salé a pesar de que cita a esta aldea en varias ocasiones.
"El obsesivo foco de Amnistía sobre Israel, más allá de cualquier relación con las atrocidades a gran escala que están teniendo lugar en la región, sugiere una preocupante motivación política", ha reprochado el Ejecutivo de Benjamin Netanyahu, que incluso ve "escándalosas" algunas recomendaciones como el embargo de armas.
Para Israel, el "obsesivo e indignante" análisis de Amnistía "no aporta nada al debate acerca de cómo los responsables del orden público deberían afrontar los complejos desafíos de las manifestaciones en las que participan elementos violentos y potencialmente letales". "El único elemento insensato y de gatillo fácil es la propia Amnistía Internacional", ha concluido.
