Un hombre yazidí gana un premio humanitario por su labor en el norte de Irak
BOND CHARITY
Actualizado: martes, 21 marzo 2017 22:19

LONDRES, 21 Mar. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

Bassam Hawas Quru, un joven yazidí perteneciente al Cuerpo Médico Internacional que en los últimos años ha arriesgado su vida en incontables ocasiones para ayudar a las víctimas del Estado Islámico en el norte de Irak, ha ganado este martes el Premio Humanitario Bond, un prestigioso galardón que reconoce la labor solidaria.

Hawas Quru, padre de cuatro niños, se convirtió en un trabajador humanitario después de que el Estado Islámico se hiciese con el control de su hogar, la región de Sinyar, donde miles de iraquíes perdieron la vida a manos de los 'milicianos de negro'. Según el joven premiado, al menos 11 miembros de su familia fueron capturados por los yihadistas al intentar escapar de la zona.

El Premio Humanitario Bond reconoce la labor humanitaria de los que denomina como "superhéroes en la sombra" que arriesgan su vida por ayudar a los más desfavorecidos.

Su abuela y uno de sus primos, un bebé de pocos meses, murieron mientras se encontraban cautivos por la organización terrorista. Dos de sus tíos continúan en las manos del Estado Islámico y Hawas Quru no sabe donde están.

"La historia de los miles de yazidíes que fueron obligados a huir del genocidio del Estado Islámico dejó al mundo entero en shock en 2014, pero la historia de aquellos que volvieron y que a día de hoy arriesgan su vida para ayudar a otros, todavía no ha sido reconocida", ha explicado la portavoz del Cuerpo Médico Internacional, Larissa Schneider Kim.

La purga de los yazidíes llevada a cabo por Estado Islámico se ha saldado en estos últimos años con la muerte de cientos de personas y el secuestro de unas 6.000. Aunque parte de ellos han logrado escapar, se calcula que unos 3.500 seguirían en poder de Estado Islámico, según estimaciones oficiales. Naciones Unidas ha acusado a la organización yihadistas de haber perpetrado un genocidio contra la minoría yazidí en el norte de Irak.

Hawas Quru, de 27 años, se unió al Cuerpo Médico Internacional poco después de que él y su familia encontrasen refugio en el campo para desplazados de Mamilyan, cerca de Accra. El año pasado tuvo que poner su vida en peligro para poder salvar a cientos de civiles atrapados en poblados recién liberados donde todavía había simpatizantes de los yihadistas.

"Fue un trabajo muy peligroso. Tuvimos que ir casa por casa y no sabíamos si la gente dentro de los hogares apoyaba o no al Estado Islámico o si estaban armados", ha contado. "Pero no tenía miedo. Me he comprometido a ayudar a la gente aquí", ha añadido Hawas Quru.

A día de hoy el joven vive en el campo para desplazados internos de Kapartu, donde viven más de 28.000 personas. Hassa Quru ha ayudado a cientos de desplazados a lidiar con el trauma psicológico que supone haber vivido bajo el yugo del Estado Islámico, ha organizado campañas de vacunación y ha impulsado numerosas campañas sanitarias para prevenir enfermedades contagiosas.

Lo yazidíes son una comunidad religiosa conformada por unas 400.000 personas, cuyas creencias combinan varios elementos de diferentes antiguas religiones de Oriente Próximo. El Estado Islámico les considera unos infieles y continúa manteniendo cautivos a miles de ellos, muchos de los cuales son mujeres y niñas que los milicianos utilizan como esclavas sexuales.

Antes de la llegada de los terroristas, Hawas Quru trabajaba como auxiliar de dentista y vivía con sus padres, su mujer y sus cuatro hijos en un pueblo al norte del monte Sinyar, muy cerca de la frontera con Siria.

El joven ha explicado que todavía tiene la esperanza de que todos los yazidíes sean liberados y que él y su familia puedan vivir en paz. "Sueño con el día en el que Irak haya sido liberado de la guerra y en el que todos los iraquíes -- ya sean árabes, kurdos, suníes, chiíes, yazidíes o de cualquier otra religión -- puedan vivir en paz sin ser discriminados", ha señalado.

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