Actualizado: lunes, 30 noviembre 2015 13:24

BANGKOK, 30 Nov. (Reuters/EP) -

El Ejército de Tailandia ha liberado a los dos dirigentes de la oposición que habían sido detenidos esta mañana por intentar entrar en un parque público dedicado a la monarquía, epicentro de un escándalo de corrupción que afecta al Gobierno militar.

Nattawut Saikua y Jatuporn Prompan han sido liberados y escoltados de vuelta a su casa, ha informado el comandante de la Primera Unidad de Operaciones de la Comandancia del Ejército, Thammanoon Wthee.

Las pruebas relativas a la financiación del parque Rachabhakti, construido en la ciudad costera de Hua Hin en una propiedad del Ejército, amenazan con dañar la política anticorrupción que utiliza la junta militar para justificar desde hace un año su toma del poder

Nattawut Saikua y Jatuporn Prompan, dirigentes del Frente Unido por la Democracia y contra la Dictadura (UDD), también conocidos como "camisas rojas", fueron apresados por el Ejército antes de que pudieran salir del parque.

Un portavoz del UDD, Thanawut Wichaidit, ha informado de que los dos hombres fueron detenidos después de entrevistarse con varios medios. "Querían ver cómo funcionaba el parque y el lugar donde el Ejército ha hecho presuntamente un mal uso de fondos públicos, pero también presentar sus respetos a los reyes anteriores", ha informado. "Esto es una violación de nuestro derecho a ofrecer nuestros respetos", ha añadido Wichaidit.

Un portavoz de la junta militar, el Consejo Nacional para Paz y el Orden, el coronel Winthai Suvaree, ha confirmado la detención de los hombres y ha asegurado que sus acciones eran un "claro ejemplo de un gesto político".

La junta ha prohibido reuniones políticas de más de cinco personas y ha interrogado a cientos de activistas desde que tomó el poder. A muchos de ellos, incluyendo políticos y periodistas, se les ha obligado a acudir a sesiones de reeducación en instalaciones militares.

Las acusaciones de corrupción, que han denunciado algunos medios tailandeses y grupos de la oposición, han paralizado a un país preocupado por la salud del rey, Bhumibol Adulyadej, de 87 años, que lleva meses enfermo de hidrocefalia.

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