Libia pide armas para combatir el terrorismo pero alerta de los efectos "desastrosos" de una intervención

José Manuel García-Margallo y el ministro de Exteriores libio, Mohamde Abdelaziz
JAVIER HERNANDEZ/MAEC
Actualizado: sábado, 4 julio 2015 20:30

Los países asistentes a la reunión concluyen que no hay "solución militar" a la crisis política en el país norteafricano

MADRID, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno libio ha aprovechado la Conferencia sobre la Estabilidad y el Desarrollo en Libia, celebrada este miércoles en Madrid, para pedir armas para poder combatir en terrorismo en su país de forma eficaz, si bien ha advertido de que de los efectos "desastrosos" que tendría una intervención militar.

Por su parte, los más de 20 países y organizaciones asistentes a la conferencia han alertado de la situación "urgente" que atraviesa el país africano y del contagio del extremismo en la región, aunque han coincidido en que no hay "solución militar" a la actual crisis política.

Al término del foro, celebrado en el Palacio de Viana, los ministros de Asuntos Exteriores de España y Libia, José Manuel García-Margallo y Mohamed Abdelaziz, respectivamente, han comparecido ante los medios para exponer las posibles recetas de resolución de la crisis, en la que no cabe la solución militar.

En este sentido, han defendido que, aunque la comunidad internacional tiene el "derecho" y la "obligación" de colaborar, la resolución debe llegar "de los propios libios". "Toda forma de interferencia internacional debe ser firmemente rechazada", señala el comunicado de conclusiones, en el que también se aboga por mantener la situación libia como "prioridad" en la agenda internacional.

Respecto a la posibilidad de intervención militar, Abdelaziz y Margallo han coincidido en que los ataques militares serían contraproducentes. El ministro libio ha indicado que "no se posible acabar con el terrorismo sólo a través de ataques aéreos", toda vez que hace falta una "metodología integral".

Margallo, por su parte, ha apuntado que los bombardeos aislados "no tienen demasiada eficacia" y ha citado el caso de Irak, donde sólo podrían dar resultado si se complementan con la colaboración de autoridades iraquíes y kurdas.

La actual crisis política en Libia --donde las milicias islamistas y sus aliados controlan Trípoli y combaten por Benghazi-- tiene su origen en que el anterior Parlamento, dominado por los islamistas, no reconoce a la nueva Cámara elegida en las urnas el 25 de junio e incluso ha nombrado a su propio primer ministro.

Tanto Libia como los países y organizaciones asistentes a la conferencia han defendido la necesidad de un diálogo "inclusivo" que permita la "reconciliación" nacional, al tiempo que han reconocido como única autoridad legítima al Ejecutivo que representa Abdelaziz.

TRANSICIÓN FLUIDA

El representante libio ha advertido de que su Gobierno no está dispuesto a "hablar con los terroristas y los integristas", ya que tienen su "propia agenda". Sí ha tendido la mano, en cambio, a otras formaciones políticas, notables y grupos tribales de cara a lograr lo que ha denominado "transición fluida".

Las conclusiones de la cumbre recogen que "los libios son un pueblo moderado que rechaza el extremismo y la violencia", algo a lo que se ha agarrado Abdelaziz para criticar al Gobierno "paralelo" de Trípoli. Quieren, ha dicho, "imponer una ideología que no tiene nada que ver con el pueblo libio".

Abdelaziz incluso ha sugerido la posibilidad de perseguir "legalmente" al Ejecutivo "paralelo" constituido en Trípoli, toda vez que su permanencia iría en contra de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en la que se contemplan castigos para quien entorpezca la transición democrática.

Margallo ha recordado que el pueblo libio siempre ha sido "reacio a aceptar versiones adulteradas del islam que predican la violencia", lo cual supone un motivo de "esperanza". No obstante, ha avisado de que el yihadismo podría aprovecharse de las carencias sociales de parte de la población y ha dicho que la pobreza es el "caldo de cultivo" del reclutamiento para grupos radicales.

LLAMAMIENTO

El ministro libio ha subrayado la necesidad de que el Gobierno tenga el "monopolio absoluto" del uso de fuerza y de armas, aunque ha reconocido que no dispone de las capacidades para vigilar y controlar todo el territorio.

En términos concretos, el jefe de la diplomacia libia ha pedido adiestramiento para Ejército y Policía, así como la posibilidad de importar tecnología y armas "de última generación" para poder enfrentarse de forma "efectiva" al terrorismo.

Abdelaziz ha aclarado que no está invitando a "ningún tipo de intervención militar", toda vez que son "desastrosas". Por este motivo, ha distinguido entre "injerencia" e "implicación" y ha abierto la puerta a una mayor presencia de las fuerzas de la ONU para mejorar la protección de riquezas e instituciones estratégicas.

El ministro libio ha subrayado que "luchar contra el terrorismo no es responsabilidad de un solo país", sino "colectiva", algo en lo que ha coincidido con Margallo, que ha expresado su temor a que la sitiuación de Libia -.al borde de la "guerra civil"-- se convierta en caldo de cultivo para el yihadismo.

El ministro español ha alertado también de la posibilidad de que Libia se convierta en "corredor" para los extremistas y ha apuntado que la desestabilización de este país tiene repercusiones incluso en Europa, en "términos de seguridad, incremento de flujos migratorios y desarrollo económico".

SATISFACCIÓN

La conferencia ha concluido sin compromisos concretos inmediatos pero con la satisfacción de los países asistentes, según Margallo y Abdelaziz. El ministro libio ha dado las gracias a España por acoger este foro, al que han acudido representantes de ambas orillas del Mediterráneo y organizaciones como la Unión Europea, la Unión Africana y la Unión por el Mediterráneo. También ha asistido el enviado especial de la ONU para Libia, el español Bernardino León.

Margallo ha dicho que la conferencia de Madrid es un "paso en la buena dirección", a pesar de que el proceso de resolución del conflicto "será largo". El ministro español ha destacado el compromiso de todos los asistentes para ayudar a Libia a "recuperar la libertad perdida" ante una situación que, como rezan las conclusiones del encuentro, es "grave y urgente" y avanza hacia un "drama humanitario".

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