Actualizado: lunes, 5 junio 2017 12:28

TEPIC (MÉXICO), 5 Jun. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

Los altos niveles de violencia y de desigualdad están complicando y aumentando los riesgos a los que se enfrentan las organizaciones de intervención humanitaria en Latinoamérica y en el Caribe, donde la lucha contra la violencia se ha convertido en la principal prioridad en la región, según ha asegurado el director para las Américas de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), Walter Cotte.

Cotte ha asegurado que, ahora que se acerca la estación de huracanes en el área del Caribe, se han puesto en marcha sistemas de alarma rápida y están en mejor posición para lidiar con las grandes tormentas, aunque aún se necesita invertir más para estar preparado ante los grandes desastres naturales.

"Hemos hecho muchos avances en la reacción, el problema es que no hemos avanzado lo suficiente en la prevención", ha dicho Cotte en una conferencia de Naciones Unidas sobre desastres naturales celebrada en Cancún. "Esto es una brecha y estamos condenados a pagar las consecuencias en lugar de invertir en prevención", ha añadido.

Además de que algunos grupos gobiernan las calles de muchas ciudades y las tasas de homicidios han ido en aumento, son un problema el alto índice de accidentes de tráfico y los contratiempos meteorológicos, como la escasez de agua y el estilo de vida poco saludable, cuyos efectos, como la obesidad, resultan costosos en una de las regiones del mundo con más desigualdad.

En Honduras, donde se lucha por contener la violencia y el crimen organizado, Cruz Roja está ayudando a miles de personas en el desplazamiento e incluso está trabajando con grupos como la Mara Salvatrucha, con la intención de reducir la violencia, ha asegurado Cotte.

"Estamos concentrados en la adaptación y ésta es una visión a largo plazo que ha generado una nueva forma de ofrecer soluciones a las comunidades, ha dicho Cotte.

Mientras que las islas del Caribe están avanzando en la adaptación, se necesitan más recursos para mejorar la tecnología y coordinar la respuesta a los desastres. Al comparar el impacto del Huracán Matthew en Haití, donde murieron 1.000 personas, con Cuba, donde se produjeron evacuaciones masivas que evitaron las pérdidas humanas, Cotte ha subrayado la importancia de la cooperación entre gobiernos, empresas y organizaciones de ayuda, como la clave para que las labores de prevención fuesen efectivas.

"En esta época del año los huracanes son más fuertes y más frecuentes, y el impacto, si no se está aún en el nivel de preparación que la situación requiere, será peor para la población", ha concluido Cotte.

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