Más de 136 niños muertos en Alepo en menos de un mes por el uso de bombas racimo

Bomba de racimo sin explotar en la región de Idlib (SIria)
KHALIL ASHAWI/REUTERS
Actualizado: viernes, 21 octubre 2016 20:52

MADRID, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

La ONG Save The Children ha denunciado este viernes en un comunicado que en la ciudad siria de Alepo más de 136 niños han muerto en las últimas semanas a causa del uso indiscriminado de bombas de racimo, armas prohibidas por el Derecho Internacional Humanitario.

A pesar de la "pausa humanitaria" de 24 horas que anunciaron las autoridades sirias y rusas para el jueves, desde el pasado 23 de septiembre las bombas de racimo han matado a al menos 136 niños y han herido a más de 390 menores. Durante los doce meses de 2015, en Siria perdieron la vida tan sólo 130 niños por bombas de racimo.

La comunidad médica en la ciudad ha advertido que muchos de estos niños están en estado demasiado crítico como para ser trasladados y no pueden ser tratados en las instalaciones médicas de Alepo, donde casi todas han sido bombardeadas.

Según el Centro de Documentación de Violaciones, una organización que se encarga de registrar las violaciones a los Derechos Humanos en Siria, se produjeron 137 ataques con bombas de racimo en la ciudad de Alepo entre el 10 de septiembre y el 10 de octubre. No obstante, de acuerdo con la Defensa Civil Siria, conocida como los "cascos blancos", en septiembre hubo hasta 163 ataques con este tipo de arma explosiva.

Las bombas de racimo pueden ser lanzadas desde el aire o disparadas desde tierra, y al estallar esparcen múltiples municiones de pequeño tamaño. Estas submunicones se extienden indiscriminadamente sobre un área equivalente en algunas ocasiones a un campo de fútbol.

BOMBAS QUE SE CONFUNDEN CON JUGUETES

No obstante, uno de los mayores riesgos que corre la población a causa de este tipo de arma explosiva es el hecho de que muchas de las bombas de racimo que se utilizan durante los combates no explotan en el momento de su lanzamiento. Se quedan olvidadas en las calles de ciudades-frente como es el caso de Alepo, donde suponen un grave peligro para los niños que juegan, ya que las pueden coger o pisar por error. De acuerdo con Cluster Munition Monitor, el 40 por ciento de las víctimas de las bombas de racimo son niños.

El impacto de estas municiones de racimo en el cuerpo de un niño puede resultar devastador, de acuerdo con las fuentes médicas que ha citado Save The Children en su informe. A corta distancia, una bomba de racimo puede arrancar extremidades y fracturar huesos del cuerpo de un niño.

"No todas las bombas explotan, y por lo general parecen una pelota con la que un niño podría jugar. En Alepo son innumerables los casos de amputación por culpa de estas bombaas", ha señalado el jefe de la Organización para la Eliminación de Explosivos y Residuos de Guerra.

Se estima que sólo quedan alrededor de 35 médicos en el este de Alepo, y las instalaciones médicas sufren una gravísima falta de recursos, por lo que la comunidad médica en la ciudad sólo puede asistir a los casos más graves.

Save The Children ha alertado de que hay cientos de niños en la ciudad que no han podido ser atendidos para quitarles los fragmentos de bomba de racimo que se les han incrustado en el cuerpo, unas lesiones que a la larga podrían resultar mortales.

"En este momento en el este de Alepo no hay tiempo para quitarles los fragmentos. Los médicos tienen que tomar decisiones racionales, pero dejárselos en el cuerpo puede crearles graves infecciones y sepsis", ha explicado el doctor David Nott, un cirujano británico que ha trabajado en Siria.

"Actualmente hay en Siria niños pequeños con extremidades amputadas o con rodamiento de bolas incrustadas en su tejido muscular debido al uso indiscriminado de estas armas terribles", ha denunciado Sonia Khush, miembro de Save The Children. La ONG ha recordado que la Convención de Municiones de Racimo de 2008 prohíbe totalmente el uso de este tipo de armas y que su uso va en contra del Derecho Internacional.